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domingo, 1 de abril de 2018

OPINION: Lagos Enriquillo y Azuei bajan 8 centímetros en 91 días…

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POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.

Con una reducción de 8 centímetros, de nivel, en los últimos noventa y un días, contados del 30-12-2017 al 30-3-2018, verificamos hoy viernes santo y día del 174 aniversario de la batalla fundamental de la patria en Santiago de los Caballeros, con los que al sumar los 414 centímetros que había bajado en los cinco años anteriores al 30-12-2017, completa 422 centímetros de reducción en los pasados cinco años y tres meses, es decir, 4.22 metros de bajada de nivel.

Recordemos que los cinco años anteriores a los descritos, decimos, 2007-2012, el lago Enriquillo subió 23 metros de nivel, por lo que al restarle los 4.22, subsisten unos 18,78 metros por encima del nivel en que se encontraba al momento del inicio de la gran crecida, con la visita, y peores manejos de las escorrentías de las tormentas Noel y Olga, “29 de octubre y 11 diciembre año 2007”. Recordemos también, que en aquellos momentos, el Enriquillo se encontraba a 44 metros por debajo del nivel medio del mar, y con un espejo de aguas de 265 kilómetros cuadrados, cifras éstas, encumbradas en su clímax, a tan solo 21 metros bajo el nivel medio del mar “bnmm” y llegando a los 450 kilómetros cuadrados; su situación actual la estimamos en unos 25.22 metros por debajo del nivel medio del mar y unos 360 kilómetros cuadrados de área ocupada ò espejo de aguas.

Lenta su retirada, aunque en términos de desocupación de terrenos no tanto, analizados con nuestro compañeros de recorrido, señor Rigoberto Cuevas y su hijo Deiron, producto del efecto ponchera que hemos descrito en otros artículos, mediante el cual comparamos el lago con la figura geométrica de una ponchera doméstica, la cual tiene en su parte superior una parte horizontal y la restante, casi vertical.

El lago Azuei, por su parte, ha bajado coincidencialmente 8 centímetros en el mismo tiempo, pura casualidad, ya que ambos sufren efectos fundamentales diferentes; el Enriquillo, por las escorrentías del río Yaque del Sur, San Juan y afluentes, y el Azuei, con los aportes del Arrollo Blanco ò Soliete.

La lentitud de la reducción del lago Enriquillo es explicable pero preocupante, habidas cuentas de que el amortiguador de inundaciones y sequias, que es la presa de Monte Grande no está todavía, pero tampoco la gran válvula de alivio

que constituye el sistema de derivación de aguas al el mar Caribe por Canoa, deseamos pues, que se aceleren esta dos importantes panaceas.