Barahona.- Hastiados de la violencia, muertos, heridos y hasta niños en condiciones especiales por los frecuentes enfrentamientos entre bandas rivales de La Cañada del sector Savica y barracones de Jabid, del barrio Palmarito, presidentes de juntas de vecinos sostuvieron un encuentro con la mediación de las autoridades.
Quien jamás podrá borrar la violencia por los enfrentamientos de jóvenes de ambos sectores es Mireya Mariano. Perdió a su hijo Ernesto Aragonés Mariano. El próximo 30 de noviembre cumplirá 4 años de su forzosa partida.
En condiciones especiales está su nieto: el niño Cristofer Estive Méndez Mariano, de 10 años. Cuando tenía 5, recibió un balazo en la cabeza que le dejó en condiciones especiales, además, perdió la visión de un ojo.
El cura párroco de la parroquia Cristo Rey, padre José Alberto Almonte, Wendy Alexandra González Carpio, Procurador Regional de Barahona, general Virgilio Pacheco Garabito, Director Regional Sur, el Subprocurador Regional, Ulises Guevara e Yván Ariel Gómez Rubio, Fiscal Titular, se reunieron con los presidentes de las juntas de vecinos.
Participaron Virtudes Acosta, presidente del Consejo Provincial de Juntas de Vecinos, los presidentes de las juntas de vecinos de la Cañada, Juan Carlos Gómez, Savica, Geraldo Sena López, Freddy Féliz, barracones de Jabid, Danilo Cuevas, barracones de Camboya y Francisco Alcántara (Chachá), Villa Estela, mostraron su interés en dar solución a la violencia, así como a las bandas que operan en sus respectivos sectores que no los deja vivir en paz.
Descomposición
El padre Almonte, afirmó existe una descomposición de la sociedad, en especial en la ciudad de Barahona, en donde con frecuencia se producen situaciones de violencia que pone en riesgo la vida de los residentes de los barrios en conflicto.
Entiende debe buscarse la raíz del problema y que, a su juicio, está en la familia, pues revela niños con menos de 18 años, los cuales tienen en zozobra a los residentes de los barrios de aquí.
Llamó a atender y no cerrar los ojos ante esta problemática porque después se registran muertes lamentables que llevan luto, llanto y dolor a la familia, así como a toda la sociedad local y regional.
No tienen vara mágica, pero si los enfrentan…..
El general Virgilio Pacheco Garabito, de alguna manera admitió la problemática de la violencia ocurrida en los barrios del municipio Santa Cruz de Barahona y, dice, que la Policía Nacional “no tiene una vara mágica” para dar respuesta a esta situación.
Afirmó que la institución del orden público “hace más de lo que puede” y que la respuesta a la violencia social, crimen organizado, consumo y venta de estupefacientes debe ser integral porque “la policía no puede sola”.
“No es una función solo de la policía, sino de toda la sociedad” y afirma que quien cometa delito será buscado por los miembros de la Dirección Regional Sur.
Advirtió, asimismo, que si enfrentan a la uniformada recibirán en esa misma medida la respuesta de sus miembros. Pacheco Garabito, dijo que la policía está en la disposición y capacidad de llevar seguridad para que la población pueda vivir en paz y en tranquilidad.
Recordó que la función de la entidad del orden es velar por la tranquilidad, perseguir a los infractores de la ley y ponerlos bajo el control del Ministerio Público, responsabilidad a la que no renunciaran, pero precisa de la integración de la sociedad.
Más patrullaje
Los presidentes de las juntas de vecinos coincidieron en reclamar a las autoridades policiales y del Ministerio Público disponer de mayor patrullaje en sus sectores, porque entienden esta problemática se debe a la escasa vigilancia por parte de la institución del orden público.
Admiten que en sus barrios proliferan las armas “más que piedras”, que han perdido el control de sus hijos e hijas, pero que quieren más presencia policial porque no pueden estar tranquilos en sus casas.
Propuestas
El Ministerio Público, representado en la Procuradora Regional González Carpio, el fiscal titular Gómez Rubio y Ulises Guevara, solicitaron la integración de toda la sociedad para poder tener éxito en la situación de violencia.
Propusieron un encuentro con los barrios en conflicto, garantizándole a los participantes no apresarles, hacer un almuerzo en conjunto y posibles entrega de las armas que estos usan contras sus rivales.
