BANI: A raíz del sonado caso Paya, que escandalizó en 2008 al país por el asesinato de siete integrantes de una banda internacional de narcotraficantes, y en cuyo hecho de sangre participaron oficiales de la entonces Marina de Guerra, esta provincia pasó a ocupar un lugar importante para la entrada de drogas por sus costas.
Pero también para el consumo, y sobre todo, para que jóvenes y adultos se dediquen a la venta de narcóticos, un lucrativo negocio con el que se pueden enriquecer fácilmente.
La muerte a balazos el pasado martes del coronel Daniel Ramos Álvarez, director de la Policía Preventiva de esta ciudad, ha puesto de nuevo a Baní en el tapete como centro de distribución de drogas.
Su muerte se produjo en horas de la tarde, cuando llegó a una vivienda del sector Santa Cruz en compañía de dos miembros de la institución, pero fue atacado a balazos supuestamente por Rafael Antonio Díaz, alias Buche, y por Steven Ruiz, alias Kiquito, quienes están detenidos.
El hecho de sangre ha tomado un nuevo giro que aún no ha sido esclarecido por las autoridades policiales, ya que en un video que circula desde el miércoles en las redes sociales se ve cuando los oficiales que acompañaban a Ramos Álvarez lo dejan abanadonado, tirado en el pavimento, y se marchan en un vehículo.
Luego de divulgarse ese vídeo, la Policía informó la detención y suspensión del coronel Matías Brazobán y el capitán Marcelino Arias, quienes fueron identificados como los oficiales que acompañaban a Ramos Álvarez.
¿Vendas en los ojos? Mientras el micro y el narcotráfico cobran fuerza en esta provincia, para dirigentes comunitarios las autoridades no toman las medidas necesarias para enfrentar una situación que cobra víctimas por el aumento de los adictos, o de las muertes por enfrentamientos entre bandas.
Féliz Andújar, de la Federación de Organizaciones Comunitarias y Religiosas (Fedocore), ha denunciado en reiteradas ocasiones que solo en Baní hay más de 70 puntos de venta de drogas ante la mirada indiferente de las autoridades llamadas a combatirlos.
Tan evidente es el desafío de algunos, que precisamente ayer circuló un video colgado en redes sociales, en el que un vendedor de drogas las ofrecía abiertamente y decía el lugar donde podían encontrarlo.
Debido a la existencia de los puntos de drogas, la percepción más socorrida en todo Baní es la de que la mayoría de los robos y atracos con armas de fuego que se realizan para despojar a ciudadanos de sus pertenencias y otros objetos de valor, tienen como destino final su venta a grupos de mafiosos para obtener dinero para comprar drogas y satisfacer sus vicios.
Junto con el tráfico y consumo de drogas, la apertura de centros de venta y consumo de bebidas alcohólicas en la mayoría de barrios hace que miles de jóvenes asistan a esos negocios que operan sin el control de las autoridades.
