POR PRAEDE OLIVERO FÉLIZ
Aunque el cielo no estaba nublado, se quedó sin estrellas, todas descendieron a la explanada de la Iglesia Resurrección y vida, teniendo el arco de triunfo como testigo.
Niños, jóvenes y adultos especiales y los discapacitados tomaron la alfombra roja instalada, por asalto, pero sólo llevaban por arma la alegría y el amor.
Desfilaban, reían y bailaban, era su noche para brillar y brillaron como sólo ellos saben hacerlo, contagiándonos a todos los presentes.
Yo de invitado pasé a ser fotógrafo, acompañante, pareja de baile, di apretones de manos, besos y abrazos, como nunca antes en una actividad.
Dios es grande y derrama su amor sobre sus hijos y eso fue lo que aconteció en Resurrección y Vida donde todos decíamos junto a Fernando Ruíz Fleming: ¡brillan las estrellas!.
