POR RAFAEL MENDEZ
La Presencia de los políticos “aparecidos” en las visitas sorpresa del presidente Danilo Medina es de muy mal gusto.
Y aunque les demuestren agrado cuando llegan de paracaídas, por lo bajo critican y repudian su presencia.
De ahí que es muy raro ver políticos en visitas sorpresa en otras partes del país. Sólo en nuestra medio algunos políticos hacen de aparecidos, sin ser invitados.
Y lo digo con conocimiento de causa.
Soy tal vez de los pocos políticos que he ayudado a montar visitas sorpresa, por delegación directa del Palacio, y con conocimiento previo del Presidente.
Junto a la persona encargada de esa misión, buscamos el lugar donde el mandatario se reuniría con el público meta de la asistencia oficial.
Me refiero a las visitas sorpresa que el presidente Danilo Medina realizó a Villa Jaragua y a la Cooperativa de Caficultores de Neiba.
Ni los que recibirían la asistencia, ni mi esposa Berta ni mi asistente, el difunto Aligerman, se enteraron de que Danilo estaría ese día en Villa Jaragua, a pesar de que estaba supuesto hacer una parada en mi casa para tomar un café.
Escuché la manera despectiva, y casi de reproche hacia mi persona, cuando observaban que algunos políticos corrían despavoridos hacia el lugar donde el mandatario se reuniría con productores de chivos y de chinola en Villa Jaragua…”y quién invito a ese”, murmuraban.
Las visitas sorpresa es eso, sorpresa, y no es bienvenida la presencia de ningún político local, porque le quitan glamour.
Desnaturalizan ese encuentro del presidente con determinado sector social.
