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lunes, 2 de diciembre de 2019

OPINIÓN: ¿Podrán derrotar a Tavito en las municipales de febrero próximo?

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POR RAMÓN LOPEZ YNOA

A juzgar por su longevidad – 17 años- al frente de la alcaldía de Santa Cruz de Barahona, el doctor Noel Octavio «Tavito» Suberví Nin pareciera ser invencible, que nadie lo puede derrotar, y que mientras respire que nadie aspire. Es el alcalde que más tiempo ha durado en el cargo, y el primero, y único hasta el momento, que en Barahona ha sido candidato por cuatro períodos consecutivos sin que su candidatura se haya visto comprometida; siempre ha ganado holgadamente. Pareciera ser un nuevo Coloso de Rodas que sólo un terremoto pudo vencer.

En sus holgadas administraciones al frente de la alcaldía de Santa Cruz de Barahona no ha habido ejecutorias municipales de desarrollo social o comunitario, como tampoco le ha dado a la ciudad una arquitectura visual que la haga ver como una ciudad moderna, en otras palabras, no puede exhibir ninguna obra por las cuales los barahoneros, agradecidos, le hayan podido favorecer con sus votos durante tanto tiempo. Y, sin embargo, lo han reelegido cuatro veces.

¿Qué tiene Tavito que los barahoneros, aún a sabiendas de que no ha satisfecho mínimamente sus esperanzas de una mejor Barahona, le den cada cuatro años sus votos? Por qué ha salido vencedor durante tanto tiempo? Independientemente de su particular forma de hacer  política, de saber por dónde y cómo es que al coco se le entra el agua, entiéndase, de saber cómo es que se gana el voto del barahonero, se puede afirmar que Tavito ha sido favorecido por coyunturas políticas muy particulares y que ha sabido capitalizar la ausencia de un proyecto político alternativo articulado con miras a sustituirle.   

Para las elecciones del 2016 se avizoraron en el proyecto del ARBA, dirigido por el doctor Praede Olivero, las posibilidades de que Tavito sucumbiera ante las aspiraciones de un pueblo con ansias de mejor suerte, pero, las mismas se perdieron en medio de ambivalencias y vacilaciones que hicieron que se perdiera la fe y la confianza en este proyecto alternativo. 

De nuevo estamos en medio de un proceso electoral. Tavito se presenta por quinta vez como candidato a la alcaldía de Santa Cruz de Barahona, esta vez, como en el 2016,  por la alianza PLD-PRD y encuentra el escenario político prácticamente despejado siempre que la oposición no ha podido articular un proyecto unificado, con candidatos únicos, un frente que concentre la votación alternativa dirigida a desplazarlo.

Hay condiciones subjetivas para el cambio, el barahonero quiere cambio, el pueblo quiere un nuevo alcalde, pero, la oposición va a las urnas dispersa, va dividida; ha podido más las apetencias personales que las políticas. Precisamente, por conocer estas ansias de cambio del barahonero, todos creen llegado el momento de ser alcaldes y están subestimando la capacidad política de Tavito, así como la experiencia acumulada durante muchos años de ejercicio del poder del PLD.

La oposición cree que Tavito está acabado, y se equivoca porque es el candidato del PLD, y el PLD sigue siendo fuerte, y tanto uno como el otro conocen cómo se bate el cobre.

En las condiciones actuales de dispersión de las fuerzas opositoras se abrigan dudas de que Tavito pueda ser desplazado y sólo voces, como las del Bautista en el desierto, claman aisladas en contra del continuismo y como ecos lejanos se escuchan perdidas en la distancia.