BUSCAR EN NUESTRA PAGINA

Header Ads

sábado, 15 de febrero de 2020

EDITORIAL DE : Armario Libre

0 comments
Hemos visto con preocupación el triunfalismo de uno de los dos bandos políticos mayoritarios que terciarán en las elecciones municipales de febrero, y presidenciales y congresuales de mayo.

El triunfalismo no es un buen consejero en política ni en los deportes.

En béisbol, hasta que no se cuente el out 27, no se puede cantar victoria; mientras en la política, hasta que la Junta Central Electoral (JCE) no declare un ganador, nadie debe celebrar.

Es penoso, lamentable y hasta desconsolador, por lo que pueda generar, que un partido político o su candidato presidencial, cada vez que hable o cuando emita sus notas informativas a los medios de comunicación, es como si ya las elecciones pasaron, porque es frecuente escuchar y ver ¨cuando lleguemos al Palacio Nacional el 16 de agosto vamos a hacer esto o aquello¨.

Señores, la estrategia comunicacional, es posible que les arroje buenos resultados, pero aún no se han celebrado elecciones, todos son candidatos, en los comicios, como en la guerra, los juegos de azar y el amor, hay que prepararse para perder y ganar.

Es lamentable decirlo, pero Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) no están preparando el terreno para que sus seguidores acepten una virtual derrota y a sus gentes, les están impregnando en el cerebro que solo acepten el triunfo.

Esa es la razón por lo que hay gente, con cerebro corto, que luego de perder unas elecciones, hasta se suicidan, porque le dijeron tantas veces que el triunfo era seguro, que hasta un puesto le asignaran para el 16 de agosto.

Es posible que Luis Abinader y sus colaboradores más cercanos tengan materia gris suficiente para soportar una eventual derrota en las elecciones de febrero y mayo, pero esa misma condición, es posible, que no tengan cientos de sus seguidores, que al escuchar tanto decir que a partir de agosto vamos para el Gobierno, que se lo creen tanto, que hasta dinero prestado toman para comprarse un traje y pagarlo con el primer sueldo.

El asunto ha llegado tan lejos, que nos ha llegado notas y publicadas en la plataforma digital de Armario Libre, donde Abinader designa funcionarios. Increíble e inaceptable.

Y el caso va más lejos, la dirigencia del PRM ya se ha repartido los principales ministerios y direcciones generales, cuando faltan más de cuatro meses para las elecciones de mayo. Ahí, el golpe duele más. Se está contando con el pollo, pero no con el moquillo.

Lo ideal sería que se trabaje para ganar, no importa que usted tenga el 60% de simpatía, pero espere el último día para celebrar, para que no se lleve sorpresas que provoquen infartos fulminantes al ver las urnas vacías de sus seguidores.

Esto podría ser una estrategia, preparar el terreno, para que luego, si no aparecen los votos, acuso de fraude.

La política es sucia, pero tratemos de hacerla, lo más limpia posible.

Dejemos el triunfalismo, dejemos que transcurra el tiempo, no metamos en la cabeza de los que menos tienen una idea que mañana podría provocarles una desgracia, porque el juego no se acaba, hasta que no se termina.