POR MOISES AYALA
La crisis sanitaria que afecta al mundo, y a sus vez a la República Dominicana, es una situación que nos preocupa, pero, debemos recordar que en el 1918, la epidemia de la gripe por el virus de la influenza inició por nuestra querida Barahona a la llegada de marineros que llegaron a nuestro puerto marítima y que aún hoy existe la enfermedad.
Estoy de acuerdo que debemos seguir tomando medidas para evitar la propagación del virus, sin embargo, es el pleno de la Junta Central Electoral, con el apoyo del Ministerio de Salud Pública y el Colegio Médico Dominicano, que por mandato de la ley 42-01, asesora al poder ejecutivo en asunto de salud, es quien debe garantizar las pautas del proceso electoral que se avecina en aras de que se realicen las elecciones de manera democráticas con la prevención debida respecto al COVID-19.
Es injusto pretender aprovechar esta pandemia para mantenerse en el poder más allá del 16 agosto del año en curso, y precisamente seguir pescando en río revuelto y tratar así de cambiar la voluntad de todo un pueblo que añora un cambio.
A diario observamos largas filas en supermercados, bancos, supermercado y agencias de envíos en Santo Domingo, de manera organizada y guardando la distancia exigida por las autoridades, mientras que en Barahona es notorio el caos en mercado, bancos, agencias de envíos y otras, debido a la falta de reglas claras por parte de las autoridades para con esto querer de justificar que no existen condiciones para la celebración de las elecciones.
Por razones como esta es que hemos tomado la decisión de producir desde la política los cambios que se requieren. Y como dijo Charles de Gaulle: La política es algo muy serio como para confiársela a los políticos.
El autor: Es médico, catedrático y candidato a diputado por el PRM en Barahona.
