La designación de doña Míriam Germán Brito, en la Procuraduría General de la República, podría ser beneficiosa desde el punto de vista del respeto a los derechos humanos.
Si bien su entrenamiento no es en la esfera investigativa y de la persecución, está muy bien dotada en el arte de juzgar, con la observancia del debido proceso y el sistema de garantías que ésto supone.
La función de procurador entraña un adiestramiento diferente al del desempeño del Juez. Lo que haga falta a doña Míriam Germán como procuradora, lo compensará su experiencia y formación como magistrada, que generalizado en todo el Ministerio Público, como una filosofía de trabajo, redundaría en un mayor respeto al sistema de garantías constitucionales.
¡Hay esperanzas!