Vendedores de esa provincia sureña se someten al toque de queda a pesar de los daños que les ocasiona la medida.
El Covid 19 mantiene a quienes viven del comercio en la provincia constitución entre la espada y la pared.
Manifiestan que al tener que retirarse horas antes venden menos.
“Hay que irse más temprano para la casa, o sea, vendemos menos. Antes yo vendía hasta treinta mil, hoy no he vendido dos mil”, dijo Juan Núñez un comerciante en el mercado.
Aseguran que en la provincia se está cumpliendo el toque de queda, a pesar de las consecuencias que esto les crea.
Pedro Castro, se pasa largas horas entre sus mercancías, y con la incertidumbre de si logrará venderlas.
“Aquí estamos, mientras tanto, buscándonos la comida, no hay más trabajo, pero las ventas están por el suelo”, puntualizó.
Expresan que las bajas ventas también hacen que la mercancía se dañe.
El mercado de San Cristóbal agrupa cientos de vendedores, muchos de los cuales dicen estar desesperados ante las consecuencias del coronavirus, por lo que esperan que los casos de contagios sean menos cada día.
