Una infausta noticia, que coloca una nota baja a mi día: el fallecimiento de doña Gloria Florián (la profesora Gloria), quien diera carácter formal a mi alfabetización y la de mis hermanas.
Aún resuena en mis oídos su recia y, a la vez, agradable voz semi nasal.
Impresos en mi subconsciente su firme carácter y voz de mando, es obligado consultarle, sin darme cuenta, cada vez que leo y escribo.
Pese a disolverse físicamente, la relación profesora-alumno, hace más de 25 años, siempre hubo ocasión de que hablásemos, en uno que otro encuentro casual o programado, en persona o por teléfono.
Pido a Dios obrar conformidad en sus hijos, los mellos Kike y Junior Santana.
Que en paz descanse, mi venerada y siempre recordada, profesora Gloria Florián.
Sus restos están siendo expuestos en la Funeraria Limbert, ubicada en la calle Esteban Cuello esquina Uruguay de Barahona.