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martes, 24 de septiembre de 2019

OPINIÓN: Relato a mi primera nieta

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POR PRAEDE OLIVERO FELIZ

Mi primera nieta, casi el control de mi vida, me llamó para pedirme que le diga algo de lo que le han contado de mis luchas, particularmente en la universidad; aunque la historia es bien larga e intensa, esto fue lo que le escribí:

Realmente todo empezó a finales el año 1966 y al inicio del año 1967, cuando reunía otros niños con gomas viejas de carro, palos de escoba y aceite quemado de carro para correr por el barrio Sávica Municipal (ACTUALMENTE CAMBOYA), voceando: ¡Que Juan Bosch coja la silla y Balaguer la bacinilla!

Era como la resaca de la guerra de abril y las elecciones fraudulentas en las que se impuso Balaguer en un país intervenido, tras la invasión de los Estados Unidos el 28 de abril del año 1965.

Un hecho que alimentaba esa rebeldía de niños, era la represión y asesinatos a los que regresaron de la guerra, particularmente a los del barrio.

Así crecí en clubes culturales y deportivos, grupos estudiantiles y políticos, siendo apresado a los 13 años estando en séptimo curso, llevaba un redoblante a la escuela para una marcha estudiantil. 

A los 15 años fui apresado de nuevo en el centro universitario de Barahona, dependencia de la UASD, por asistir a una conferencia del dirigente estudiantil de Fragua, Roberto Santana. La Primera vez me soltaron el mismo día, pues Boché, Director del Battón Ballet, quien me prestó el redoblante, me fue a buscar. La segunda vez duré dos semanas preso, hasta que me puso en libertad el tribunal de menores. 

A los 16 años tuve que abandonar el liceo y mi pueblo en una especie de exilio interno, por la represión del Director del Liceo, la policía y del Gobierno.

Regresé a Barahona en el año 1978, cuando Antonio Guzmán Fernández gana las elecciones, inicié un hogar con tu abuela, al año siguiente nació tu mamá. 

Vinieron otras luchas a pesar de la apertura democrática. Trasladé mi accionar a la universidad, mientras luchaba junto al pueblo.

Parece que se repitió la historia con el Director de la Universidad, la policía y el gobierno y yo no cedía, nunca he cedido, ambos terminaron fuera de los centros educativos, en esas luchas de David, estas veces junto a las masas estudiantiles y populares, contra Goliat, que que en cada ocasión tenía el apoyo de los poderosos y sus aparatos represivos.

Me fui a la capital, después de graduarme en pedagogía, estudié derecho en la UASD, luego periodismo en Cuba, ejerciendo en las tres áreas, siempre luchando por los mejores intereses de los estudiantes y del pueblo. 

Debo decirte que siempre fui buen estudiante, estudiaba en las condiciones más adversas, en cualquier lugar, a la luz del sol o de la luna llena, de la vela o de la lámpara porque ahí veía mi futuro, el de mi familia y la posibilidad de ayudar a mi pueblo y no me equivoqué. 

Mis  dos bachilleratos (Física y Matemáticas y Física y Naturales), estudiando entre Azua y Barahona son testigos, no hice el tercero (en letras) porque se impartía en Duvergé y me era imposible asistir desde Barahona.

 El hambre me acompañó durante años y los libros eran mi alimento, incluso en la universidad tuve que marotear mucho en vacaciones para mantenerme, replicando la experiencia de brinquito y caballero.

Mi familia era mi bujía inspiradora y sigue siendo mi prioridad. Soy afortunado y afirmo que tengo la mejor familia del mundo, mi razón de ser, mi apoyo fundamental.

Por último, por ahora, termino con lo primero, he sido un hijo de Dios, cuidado, protegido, bendecido, por el todo poderoso, con más vidas que un gato, ya que cuando he tenido la vida en peligro, y han sido muchas las veces, Dios me la ha preservado, me ha salvado, como si me quedara por cumplir alguna misión en la tierra.