POR JOSE ANTONIO MATOS
Para Ecos del Sur
El Oro, metal pesado cuyo símbolo químico es Au (del latín aurum, que significa brillante amanecer), tiene como número atómico el 79 y es del grupo 11 de la tabla periódica de los elementos químicos, tiene una contextura física blanda y color amarillo.
Blando, brillante, amarillo, pesado, maleable y dúctil, es definición del oro que todos conocemos, en monedas, prendas personales y artefacto de todo tipo que tiene a disposición del hombre, cada paso de avance que tiene la tecnología de que disfruta la humanidad, a veces para bien y a veces para mal, Maleable, porque puede ser batido o cortado, en planchas extremadamente finas, es el metal más Maleable y Dúctil porque su capacidad de permitir doblarlo y estirarlo, permite hacer de él, hilos tan delgados que una onza de el puede producir hilos tan extensos, que pueden alcanzar muchos metros de longitud.
Con punto de fusión de 1064 grados centígrados y punto de ebullición ( como el hervido del agua ), de 2856 grados centígrados, el aguas tiene cien grados de punto de ebullición, a una atmósfera de presión, el Oro es considerado noble, por mantenerse incólume ante las reacciones químicas, siendo susceptible a la presencia del cianuro, al Mercurio y disuelto con facilidad, como Azúcar en agua, por la llamada Agua Regia, que es una mezcla de tres a uno, de ácido nítrico con ácido sulfúrico concentrados.
La cantidad de Oro que posee el globo terráqueo es constante y su origen viene del proceso en que las supernovas, llegan a condiciones extremas, de temperatura y presión, concluida la reacción de fusión. Las capas superiores se desploman sobre el núcleo estelar, comprimiendo y calentando más la materia, a tal punto, que los núcleos más ligeros, como por ejemplo el hierro, se fusionan para dar paso a la aparición de metales más pesados, como el Uranio, Oro, etcétera. Otras teorías, que dicen que la formación del Oro provienen de gases y líquidos que se elevan desde el interior de la Tierra hacia el exterior, al través de las fallas de la corteza, sin embargo esto es descartado, en función de que las condiciones de presión y temperatura son insuficientes para provocar una fusión nuclear.
La riqueza estipulada en cerca de cincuenta mil millones de dólares americanos con que se cuantifica cierta reserva en Oro de nuestro país, podría quedar pequeña, frente a lo que podría representar un metal, que sus precios hoy, son de 1,778 dólares la onza troy ( 31.1034768 gramos ), en los mercados de Nueva York, Londres y Madrid, explotados bajo unas circunstancias y contratación del estado dominicano, con particulares del mundo, dejan mucho que desear, frente a la realidad de una nación que languidece aceleradamente, contratación además, que fue hecha, sin previsión, de que de alrededor de 351 dólares por onza que dice el contrato, pudiera llegar a los precios de hoy y aun más romper la barrera de los tres mil, como se presume.
La riqueza inmensa que representan estas cifras, son tan grandes como el daño que podría dejarnos en la ecología y la calidad de ambiente y aguas, con la diferencia de que en el caso se nos aplica la ley del embudo, con lo estrecho para el pueblo dominicano, si los dominicanos no nos unimos como un solo ser, hombre a hombre y mujer a mujer, frente a esta ignominia representada en estas concesiones mineras, junto a la esperanza de que el actual presidente nuestro haga causa común, podríamos quedar como el dicho popular, que la sal resulte más cara que el chivo.
