POR VICTOR EMILIO SANTANA
Para Ecos del Sur
Indudablemente que con la llegada a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia y del consejo del poder judicial presidido por el doctor Mariano Germán Mejía, en ese poder del estado se respira nuevos aires democráticos.
La humildad hace presencia y se produce un rescate económico a jueces y empleados del poder judicial, lo que podemos decir que esto constituye un buen paso de avance.
Sin embargo, tenemos que reconocer que persisten inconductas dentro del poder judicial, que se hace necesario corregir de manera ejemplar para devolver la paz y tranquilidad que requieren algunas jurisdicciones de trascendental importancia en la vida social y económica de nuestra región y el país.
Constituye una preocupación profunda el caso de algunos tribunales de la región donde hay jueces que se han insubordinado a sus superiores, irrespetándolos de forma grosera, y otros que no cumplen horarios de trabajo pareciendo cometas o monjas que solo aparecen por temporadas en los tribunales.
Una gran cantidad de estos jueces no residen en la jurisdicción, por tal razón apenas duran horas en sus lugares de trabajo, otros se mantienen pidiendo licencias para evadir sus responsabilidades generando todo esto perturbaciones y gastos económicos muy serios para los usuarios de los tribunales de la región.
Es por esto que se deben aplicar los correctivos de lugar más eficientes posibles, antes que estas conductas se conviertan en costumbres que amenacen la disciplina, la armonía y la responsabilidad que debe reinar en el tribunal, lugar donde se deciden los valores más importantes de los seres humanos, el patrimonio y la libertad.
Para Ecos del Sur
Indudablemente que con la llegada a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia y del consejo del poder judicial presidido por el doctor Mariano Germán Mejía, en ese poder del estado se respira nuevos aires democráticos.
La humildad hace presencia y se produce un rescate económico a jueces y empleados del poder judicial, lo que podemos decir que esto constituye un buen paso de avance.
Sin embargo, tenemos que reconocer que persisten inconductas dentro del poder judicial, que se hace necesario corregir de manera ejemplar para devolver la paz y tranquilidad que requieren algunas jurisdicciones de trascendental importancia en la vida social y económica de nuestra región y el país.
Constituye una preocupación profunda el caso de algunos tribunales de la región donde hay jueces que se han insubordinado a sus superiores, irrespetándolos de forma grosera, y otros que no cumplen horarios de trabajo pareciendo cometas o monjas que solo aparecen por temporadas en los tribunales.
Una gran cantidad de estos jueces no residen en la jurisdicción, por tal razón apenas duran horas en sus lugares de trabajo, otros se mantienen pidiendo licencias para evadir sus responsabilidades generando todo esto perturbaciones y gastos económicos muy serios para los usuarios de los tribunales de la región.
Es por esto que se deben aplicar los correctivos de lugar más eficientes posibles, antes que estas conductas se conviertan en costumbres que amenacen la disciplina, la armonía y la responsabilidad que debe reinar en el tribunal, lugar donde se deciden los valores más importantes de los seres humanos, el patrimonio y la libertad.
