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domingo, 20 de enero de 2013

Una guerra desventajosa

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POR MANUEL VOLQUEZ BELLO, para Ecos del Sur
 
Es evidente que hay una guerra sin cuartel entre delincuentes y la Policía Nacional. Esos antisociales no respetan a los hombres encargados de preservar el orden público.

En los últimos meses se han producido choques con delincuentes bien armados, algunos de ellos pertenecientes a bandas que trasiegan en los barrios con droga. El balance ha sido trágico y desventajoso para los jóvenes muertos a tiros por  la policía en alegados “intercambios de disparos”.

Como respuesta a esas muertes, se han producido ataques despiadados contra agentes policiales, oficiales y rasos, algunos desarmados al ser eliminados físicamente. Los misteriosos autores de estos hechos utilizan motocicletas veloces y de mucha potencia que les facilita desaparecer con rapidez del escenario del crimen. La sagacidad de los investigadores ha permitido la pronta localización de los autores.

Rasos, tenientes, capitanes y coroneles figuran en la lista de los policías asesinados a manos de los pistoleros anti sociales. Incluso, hay de las Fuerzas Armadas asesinados por sicarios por encargo.
Se ha dicho que algunos uniformados venden armas y chalecos anti balas a los delincuentes. Al menos, esa fue la denuncia que hizo la madre de un supuesto narcotraficante conocido con el apodo de “Gilbert”, muerto a tiros recientemente por los policías y que habría participado en el acribillamiento de cuatro hombres, en el municipio de Herrera, en una batalla por los puntos de venta de narcóticos, según la versión oficial. Se investiga la denuncia.

Se ha convertido en un alto riesgo para policías y militares transitar las calles a pie mostrando sus armas de reglamento. Igual riesgo corren los ciudadanos bulteros que viven exhibiendo pistolas en lugares públicos, tentando a los delincuentes. 

En los asaltos para desarmarlos participan sujetos que han estado presos por la comisión de diversos delitos, tales como asesinatos, robos, atracos, falsificación y otros. Al menos, eso es lo que afirman los investigadores policiales. Y no se descarta que estén participando personas repatriadas.

Otra versión, y es la más comentada, señala que las muertes de policías forma parte de un presunto plan para desacreditar al jefe de la Policía y hacerlo saltar del cargo. Se habla de componendas soterradas de sectores dentro de la institución con esos propósitos, sobre todo aquellos altos oficiales que aspiran al cargo.
 
Es bueno resaltar que el mayor general José Armando Polanco Gómez ha ordenado cancelaciones de muchos oficiales y clases por indisciplinados y por violar los reglamentos internos del cuerpo del orden, especialmente aquellos que han estado involucrados en las redes del narcotráfico y otros delitos graves. Esa sería una de las razones para hacerlo volar del puesto, de acuerdo a los comentarios de la opinión pública. 

Independientemente de los exabruptos que cometen los agentes, hay que reconocer que Polanco Gómez ha desempeñado una buena labor y está entregado en la riesgosa faena de limpiar las filas policiales, donde al parecer existen santos sagrados e intocables. Este oficial merece el apoyo del presidente Danilo Medina y de la sociedad dominicana por sacar del medio a los delincuentes que operan dentro de la institución y que se han convertido en una deshonra para esa entidad.