POR FELIX BETANCES, para Ecos del Sur.
Siempre he creído que las acciones de cada Ser humano dependen de su personalidad y la personalidad responde necesariamente a la formación integral de cada uno (hogar, escuela etc.).
Para tener personalidad propia, no hay que ser un intelectual, ni un sabio y mucho menos un erudito, basta con que se tenga conciencia de lo que uno es y de cómo debe actuar en su vida social, pública o privada.
La situación creada en el País ante el anuncio del señor Presidente de la República Lic. Danilo Medina, en lo relativo al caso Bahía de Las Águilas, ha dejado muy al descubierto las grandes debilidades de que adolece mucha gente, de distintos niveles sociales e intelectuales incluyendo a los dóciles, políticos y politiqueros, aquellos que siempre acostumbran a aplaudirlo todo, sin tener el más mínimo cuidado de lo que se trate.
Entre estos, hay que incluir a los aduladores y a los que a propósito, se hacen los locos o los desentendidos aun sin serlo, solo por los beneficios que algunas acciones dejan para ellos.
Llevaron hasta el fastigio su emoción, ante las medidas anunciadas por el Mandatario, aun sabiendo que apoyaban el fraude, el robo al Estado y el contubernio con alguien que pretendía hacer su fortuna con el patrimonio público.
Por no haberse detenido a pensar en lo delicado de la situación, y que el País a la larga saldría perdiendo ya que se pretendía lograr un desarrollo a costa del descrédito y del robo disfrazado, ahora han tenido que aplaudir de nuevo las acciones del Gobierno, quedando muy mal parados ante la sociedad que los vigila. Todo se ha descubierto.
Contrario a los que aseguran que el caso seguirá en un limbo jurídico en la Justicia, creo firmemente que la misma tendrá que actuar con la mayor celeridad y en ese sentido, todos querrán limpiar su conducta dentro lo prudente y en el menor tiempo posible.
Al Presidente Medina le corresponde ahora, seguir demostrando que le hará al País, el gobierno que les permitan las circunstancias aunque no sea el que él quisiera, en el entendido de que sus copartidarios tratan de ahorcarlo políticamente.
De ninguna manera podrá él desarrollar la Región Enriquillo en menos de cuatro años ya que esto no es posible ni con todos los dineros del mundo, esto es cuestión de décadas y pensar lo contrario es hasta utópico; lo que le corresponde es iniciar el proceso que nadie nunca tuvo interés en propiciar.
Y para que dé el ejemplo de un buen inicio, mientras lo demás se va resolviendo, debe empeñarse en iniciar a la mayor brevedad posible, lo más importante para cualquier Región del mundo como lo es una buena y adecuada vía de comunicación. No podrá haber desarrollo sin una adecuada autopista y si él la construye, habrá dado el paso más importante para el despegue.
Como ciudadano dominicano e hijo de esta maltratada Región, cuya suerte hasta ahora ha estado en los bolsillos de algunos vivos, me siento satisfecho con la rectificación hecha por el señor Presidente.
Según Gene Brown: “En una democracia, el acuerdo No es esencial; la participación sí”. “Adelante Señor Presidente, “no se deje enredar la cabuya”.
Siempre he creído que las acciones de cada Ser humano dependen de su personalidad y la personalidad responde necesariamente a la formación integral de cada uno (hogar, escuela etc.).
Para tener personalidad propia, no hay que ser un intelectual, ni un sabio y mucho menos un erudito, basta con que se tenga conciencia de lo que uno es y de cómo debe actuar en su vida social, pública o privada.
La situación creada en el País ante el anuncio del señor Presidente de la República Lic. Danilo Medina, en lo relativo al caso Bahía de Las Águilas, ha dejado muy al descubierto las grandes debilidades de que adolece mucha gente, de distintos niveles sociales e intelectuales incluyendo a los dóciles, políticos y politiqueros, aquellos que siempre acostumbran a aplaudirlo todo, sin tener el más mínimo cuidado de lo que se trate.
Entre estos, hay que incluir a los aduladores y a los que a propósito, se hacen los locos o los desentendidos aun sin serlo, solo por los beneficios que algunas acciones dejan para ellos.
Llevaron hasta el fastigio su emoción, ante las medidas anunciadas por el Mandatario, aun sabiendo que apoyaban el fraude, el robo al Estado y el contubernio con alguien que pretendía hacer su fortuna con el patrimonio público.
Por no haberse detenido a pensar en lo delicado de la situación, y que el País a la larga saldría perdiendo ya que se pretendía lograr un desarrollo a costa del descrédito y del robo disfrazado, ahora han tenido que aplaudir de nuevo las acciones del Gobierno, quedando muy mal parados ante la sociedad que los vigila. Todo se ha descubierto.
Contrario a los que aseguran que el caso seguirá en un limbo jurídico en la Justicia, creo firmemente que la misma tendrá que actuar con la mayor celeridad y en ese sentido, todos querrán limpiar su conducta dentro lo prudente y en el menor tiempo posible.
Al Presidente Medina le corresponde ahora, seguir demostrando que le hará al País, el gobierno que les permitan las circunstancias aunque no sea el que él quisiera, en el entendido de que sus copartidarios tratan de ahorcarlo políticamente.
De ninguna manera podrá él desarrollar la Región Enriquillo en menos de cuatro años ya que esto no es posible ni con todos los dineros del mundo, esto es cuestión de décadas y pensar lo contrario es hasta utópico; lo que le corresponde es iniciar el proceso que nadie nunca tuvo interés en propiciar.
Y para que dé el ejemplo de un buen inicio, mientras lo demás se va resolviendo, debe empeñarse en iniciar a la mayor brevedad posible, lo más importante para cualquier Región del mundo como lo es una buena y adecuada vía de comunicación. No podrá haber desarrollo sin una adecuada autopista y si él la construye, habrá dado el paso más importante para el despegue.
Como ciudadano dominicano e hijo de esta maltratada Región, cuya suerte hasta ahora ha estado en los bolsillos de algunos vivos, me siento satisfecho con la rectificación hecha por el señor Presidente.
Según Gene Brown: “En una democracia, el acuerdo No es esencial; la participación sí”. “Adelante Señor Presidente, “no se deje enredar la cabuya”.