POR VINICIO LOPEZ FELIZ
Para Ecos del Sur.
Bastante controversial ha sido la decisión tomada por nuestro Señor Presidente de la República, Lic. Danilo Medina, sobre el desarrollo del potencial turístico de Bahía de las Aguilas. La concesión de terrenos sin vocación agrícola ni ganadera como asentamientos de parceleros siguió el mismo patrón aplicado a otras regiones del país en las mismas fechas en que otros eran los gobernantes. Con legítima razón importantes y poderosos sectores nacionales levantan su voz de alarma ante la valiente decisión tomada por nuestro máximo representante del Poder Ejecutivo con relación a una litis judicial que lleva 16 años sin solución alguna. Se ha tirado un puente entre lo ideal y lo posible.
En ese lapso de tiempo se han sucedido gobiernos, senados, cámaras de diputados y Supremas Cortes de Justicia de los tres principales partidos políticos. Interpretamos que la decisión del Gobierno se reviste de la mejor buena fe posible, y que persigue que los cuatro años de su gobierno no periman sin hacer los esfuerzos necesarios para elevar la calidad de vida de los habitantes de la más empobrecida región del territorio nacional. Dieciséis años de indecisión judicial no han sido más que una condena al desarrollo regional. ¿Cuántos dieciséis años más esperaremos entre sentencias, apelaciones y otros recursos judiciales? Lo ideal, a lo que todos aspiramos, es que haya una justicia ágil que enderece todos los entuertos y nos coloque en situación del caso definitivamente juzgado, con lo cual habremos ganado todos.
Dios nos libre de pretender justificar la génesis y aberrante desarrollo de todo este proceso que es un hecho consumado, pero no desarrollar esta zona turística ecológica en un tiempo razonablemente corto solo servirá para continuar el avance vertiginoso de los daños aparentemente silenciosos que le viene causando la invasión pasiva de nuestros vecinos haitianos, que buscan subsistir a las condiciones inhóspitas de su nación. Ese tema no he visto que nadie lo haya abordado, y es muy necesario que se tome en cuenta. Sugerimos evaluar esta variable en el momento actual y sus proyecciones futuras. Dominicanos y haitianos hallarán dignas formas de ganarse la vida con Bahía de las Aguila desarrollada.
En ese lapso de tiempo se han sucedido gobiernos, senados, cámaras de diputados y Supremas Cortes de Justicia de los tres principales partidos políticos. Interpretamos que la decisión del Gobierno se reviste de la mejor buena fe posible, y que persigue que los cuatro años de su gobierno no periman sin hacer los esfuerzos necesarios para elevar la calidad de vida de los habitantes de la más empobrecida región del territorio nacional. Dieciséis años de indecisión judicial no han sido más que una condena al desarrollo regional. ¿Cuántos dieciséis años más esperaremos entre sentencias, apelaciones y otros recursos judiciales? Lo ideal, a lo que todos aspiramos, es que haya una justicia ágil que enderece todos los entuertos y nos coloque en situación del caso definitivamente juzgado, con lo cual habremos ganado todos.
Dios nos libre de pretender justificar la génesis y aberrante desarrollo de todo este proceso que es un hecho consumado, pero no desarrollar esta zona turística ecológica en un tiempo razonablemente corto solo servirá para continuar el avance vertiginoso de los daños aparentemente silenciosos que le viene causando la invasión pasiva de nuestros vecinos haitianos, que buscan subsistir a las condiciones inhóspitas de su nación. Ese tema no he visto que nadie lo haya abordado, y es muy necesario que se tome en cuenta. Sugerimos evaluar esta variable en el momento actual y sus proyecciones futuras. Dominicanos y haitianos hallarán dignas formas de ganarse la vida con Bahía de las Aguila desarrollada.
