SAN CRISTOBAL.- Los olores pestilentes que se desprenden del drenaje de la cárcel de Najayo Hombre empiezan a afectar el área frontal de ese recinto penitenciario.
El hedor molesta a quienes deben permanecer un momento en la garita que se encuentra en la parte frontal, a la espera de que llegue la hora permitida para ingresar al recinto a visitar a los reclusos.
Una corriente de aguas negras brota de manera ininterrumpida desde hace tiempo, sin que ninguna autoridad de Salud Pública ni del Ministerio Público le preste atención.