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martes, 19 de febrero de 2013

Túnel Cibao-Sur

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POR LUIS ENCARNACION PIMENTEL

Igual que como aplaudo y respaldo una solución al tranque de Bahía de Las Águilas, asimismo comparto el que, sin más pérdida de tiempo, la idea de comunicar efectivamente las regiones Norte y Sur del país hay que convertirla en realidad. Sea mediante una vía carretera (con miramiento y con el menor daño posible al entorno) o construyendo un largo túnel, lo cierto es que al Cibao y a San Juan hay que conectarlos.

Los factores de economía y tiempo, para no hablar de desarrollo ni de modernidad, imponen que esa obra se haga, sin más demora ni majaderías. Hay quienes comparten que la conexión Norte-Sur que procede es a través de Constanza, Ocoa y Padre las Casas, pero las dos son necesarias. O sea, que el gobierno lo que debe hacer es construir la que falta y rehabilitar la que existe, desde los tiempos de Trujillo, cuando estuvo pavimentada y era usada para trasladar la madera de los aserraderos, pero prácticamente abandonada después.

En España, por ejemplo, es normal ver largos túneles que atraviesan montañas de buen tamaño y luego conectan con modernos puentes, ganando tiempo y dinero, pero sin ocasionarle daños a la naturaleza. ¿No podemos hacer eso mismo aquí -y ya que se tienen experiencias más modestas, como las del túnel de la UASD y la del Metro de Diandino- para unir a San Juan y el Cibao?

Como hay un proyecto al respecto, incluso ya en manos del presidente Danilo Medina, lo que procede es estudiar la factibilidad, determinar los recursos y disponerÖ ¡Manos a la obra!

Los promotores de la iniciativa (una respuesta a los que se oponen a la obra por razones de daños medioambientales) son los ingenieros William Read, director de Ingeniería de la UNPHU, y Juan Marchena, quienes afirman que el túnel, de unos 38 kilómetros, no lesionaría los parques nacionales de la Cordillera Central ni haría daños a los acuíferos subterráneos de la zona, porque las excavaciones se hacen a unos 200 ó 300 metros de profundidad.

Con todo y un peaje caro, la obra se paga y es mucho el ahorro de tiempo y dinero. Un dato de los ingenieros: unos 800 camiones tienen diariamente que hacer el trayecto Cibao-Sur, pasando por la capital, como los que van para Haití, implicando diez horas más y cinco mil adicionales de gasolina. ¡A pensarlo!