Por FELIX BETANCES, Para Ecos del Sur.
Según el poeta chileno Pablo Neruda, “La suerte” es, el pretexto de los fracasados.
Si pensamos en que la felicidad, el progreso y el desarrollo es algo que nos debe llegar como caía el Maná del cielo en aquellos tiempos, hay que entender que estaríamos muy equivocados, pues son cosas que sin lugar a dudas, para lograrlas hay que trabajar duro, haciendo grandes sacrificios entre sus ciudadanos, cual que sea su condición, pero con una visión de conjunto.
Estos elementos tienen que definir por necesidad, qué somos, con qué contamos y hacia donde vamos.
Pero esto, también tiene que contar con la buena voluntad de los hijos de la Región, que en uno u otro caso, tienen la oportunidad de llegar a las posiciones desde las cuales deben poner al servicio de los mejores intereses de sus comunidades, sus buenos oficios.
No ha sido este el caso de la mayoría de los comarcanos, que desde tiempos inmemoriales han estado en el poder a al lado del mismo, y que no han hecho nada por sus pueblos, que ni siquiera han tenido el valor de construirle un retrete o como se dice en el argot popular, no han dejado como recuerdo, ni siquiera una letrina, como dijo un viejito que vivía allá arriba.
En cambio, desafiando lo que dice Neruda, uno se pone a pensar en que la Suerte no ha estado del lado nuestro, porque además de eso, vemos como aparecen los opositores gratuitos, a todas las iniciativas que se presentan a favor del desarrollo de nuestro suelo.
Oposición a la construcción de la Presa de Monte Grande, primero, quienes decían que no era factible o viable, segundo, los que sobrevaluaron el proyecto, tercero, los que han hecho todo lo posible por retener los recursos para su inicio con la falsa justificación de que hay que terminar los trabajos de fortalecimiento de la Presa de Sabana Yegua, donde se sabe que hay una serie de trabajos que nada tienen que esperar, pues no dependen en nada de aquellos.
Se oponen a la reactivación del aliviadero de Canoa, con razonamientos muy vagos, dicho sea de paso.
Por otro lado, un grupo de vivos, incluyendo unas mal llamadas autoridades, se las arregla para robarle al Estado un patrimonio del pueblo como es el caso de los terrenos de Bahía de Las Águilas en Pedernales, impidiendo así que un gobierno cual fuere, inicie planes de desarrollo de la índole que sea, a favor de los más pobres e indigentes de la zona.
Se oponen a que se haga la carretera Cibao- Sur, con alegatos que si uno los analiza de un lado y del otro, obliga a pensar que alguien está escondiendo algo.
Sin embargo, a pesar de este Mar de infortunios y de malos deseos, mantenemos la esperanza de que la justicia divina se imponga y que Dios quite el castigo a quienes no tienen por qué pagarlo y que permita de una vez por todas, que nuestra Región pueda tomar el camino de su desarrollo.
Mantengámonos pues firmes y decididos como sureños auténticos, como un solo hombre y una sola mujer, a fin de enfrentar a los poderosos o enemigos gratuitos de nuestros pueblos, incluyendo a muchos que actúan como hijos ingratos.
La suerte pues, está echada, olvidemos por un rato a Neruda.
Según el poeta chileno Pablo Neruda, “La suerte” es, el pretexto de los fracasados.
Si pensamos en que la felicidad, el progreso y el desarrollo es algo que nos debe llegar como caía el Maná del cielo en aquellos tiempos, hay que entender que estaríamos muy equivocados, pues son cosas que sin lugar a dudas, para lograrlas hay que trabajar duro, haciendo grandes sacrificios entre sus ciudadanos, cual que sea su condición, pero con una visión de conjunto.
Estos elementos tienen que definir por necesidad, qué somos, con qué contamos y hacia donde vamos.
Pero esto, también tiene que contar con la buena voluntad de los hijos de la Región, que en uno u otro caso, tienen la oportunidad de llegar a las posiciones desde las cuales deben poner al servicio de los mejores intereses de sus comunidades, sus buenos oficios.
No ha sido este el caso de la mayoría de los comarcanos, que desde tiempos inmemoriales han estado en el poder a al lado del mismo, y que no han hecho nada por sus pueblos, que ni siquiera han tenido el valor de construirle un retrete o como se dice en el argot popular, no han dejado como recuerdo, ni siquiera una letrina, como dijo un viejito que vivía allá arriba.
En cambio, desafiando lo que dice Neruda, uno se pone a pensar en que la Suerte no ha estado del lado nuestro, porque además de eso, vemos como aparecen los opositores gratuitos, a todas las iniciativas que se presentan a favor del desarrollo de nuestro suelo.
Oposición a la construcción de la Presa de Monte Grande, primero, quienes decían que no era factible o viable, segundo, los que sobrevaluaron el proyecto, tercero, los que han hecho todo lo posible por retener los recursos para su inicio con la falsa justificación de que hay que terminar los trabajos de fortalecimiento de la Presa de Sabana Yegua, donde se sabe que hay una serie de trabajos que nada tienen que esperar, pues no dependen en nada de aquellos.
Se oponen a la reactivación del aliviadero de Canoa, con razonamientos muy vagos, dicho sea de paso.
Por otro lado, un grupo de vivos, incluyendo unas mal llamadas autoridades, se las arregla para robarle al Estado un patrimonio del pueblo como es el caso de los terrenos de Bahía de Las Águilas en Pedernales, impidiendo así que un gobierno cual fuere, inicie planes de desarrollo de la índole que sea, a favor de los más pobres e indigentes de la zona.
Se oponen a que se haga la carretera Cibao- Sur, con alegatos que si uno los analiza de un lado y del otro, obliga a pensar que alguien está escondiendo algo.
Sin embargo, a pesar de este Mar de infortunios y de malos deseos, mantenemos la esperanza de que la justicia divina se imponga y que Dios quite el castigo a quienes no tienen por qué pagarlo y que permita de una vez por todas, que nuestra Región pueda tomar el camino de su desarrollo.
Mantengámonos pues firmes y decididos como sureños auténticos, como un solo hombre y una sola mujer, a fin de enfrentar a los poderosos o enemigos gratuitos de nuestros pueblos, incluyendo a muchos que actúan como hijos ingratos.
La suerte pues, está echada, olvidemos por un rato a Neruda.
