POR JOSE ANTONIO MATOS
Para Ecos del Sur
En la tarde de ayer, el país vio de nuevo cristalizar sus esperanzas de tener un gobernante haciendo filas con su pueblo, con el interés nacional.
Lo vimos cuando una vez más, en una emisora nacional, el director del INDRHI ratificó la firme postura del gobernante de yugular el inmenso problema que encarna el lago Enriquillo y la inversión de la que ha adolecido el sur, sobre todo el perteneciente a la región Enriquillo, con los aprestos firmes de desviar las aguas.
Necesarias para que el lago no siga creciendo, a modo tal, que en el presente siglo ha subido más de 21 metros en dirección vertical.
Las explicaciones dadas por el ingeniero Olgo Fernández, de toda la mecánica de control sobre las aguas y su efectos, así como la firme decisión de construir la presa de Monte Grande, como ente regulador de grandes avenidas y ente de desarrollo, capaz de incrementar los terrenos de irrigación, de poco más de 330 mil tareas, a cerca de medio millón de tareas, nos complacen a plenitud y son coincidentes en casi todo lo planteado incesantemente por el ingeniero David Vólquez y nosotros.
En la tarde de ayer, trascendió la gran noticia, en el sentido de que el señor presidente de la república prohibió la exportación de importantes cantidades de oro, llevado custodiado por militares dominicanos, en una acción más de sumisión de estamentos de poder ante la empresa abusadora, capaz de pretender mantener un contrato tan desigual, como la proporción 97 a 3, pero además, sacando unilateralmente la producción y reportando a su antojo una producción que podrían estar aumentando la brecha en mayor proporción.
El pueblo dominicano, y entre él, nosotros, le hemos dado un voto de confianza al gobernante, producto de sus anuncios y medidas y hoy al confirmar en los medios de prensa la decisión patriótica de impedir la exportación del oro en tanto se renegocia el malvado contrato, cuyo merecido es la rescisión, no nos queda más que respaldar esa medida histórica y al presidente dominicano, en cualquiera de las circunstancias que demande.