Para Ecos del Sur
En el día de hoy, se hará entrega de los premios Enriquillo de Oro, en la ciudad de Barahona, sito, en la sede de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, centro Barahona, a las 7 de la noche, entrega ésta, primera en cuatro años, a pesar de que los mismos datan de finales del pasado siglo.
Este tipo de eventos, fundamentales para el estímulo de toda actividad pública, porque una buena parte de las mismas es tomada en cuenta en la nominación y final premiación, que sobre sus organizadores, jurados y los tomados en cuenta para su efecto, debe contar con el respeto y respaldo de toda la sociedad, pero ese respaldo debe ser ganado, en orden de responsabilidad, por sus organizadores, sus jurados, sus premiados o no, y la asistencia fiel del público invitado, a fin de que se consolide cada vez más, como verdadera institución.
Sus jurados deber ser justos, tal y como lo manda la ley de Dios, y nuestro padre de la patria, cuando dijo, “se justo, lo primero, si queréis ser felices, pues ese es el primer deber del hombre”, justo, al momento de hurgar entre los productos de los premiados y justos, al momento de seleccionarlos, para que sean los que los resultados lo ordenen, no importa a quien, porque al final, esa acción será el activo fundamental de los premios y es la garantía de volverlos imperecederos.
Hemos sido nominados en el renglón de articulista del año, junto a una pléyade de figuras de alto calibre, lo que nos hace sentir premiado con tan solo la mención, apostamos a que en ese jurado prime la justicia, factor de equilibrio mayor de la sociedad, que ganen los mejores y aceptamos de ante mano los resultados, y los que no están no serán perdedores, porque tienen todo el espacio abierto para lo porvenir, todo con Dios.
