POR ÁGUEDA RAMÍREZ DE RODRÍGUEZ,
Para Ecos del Sur.
Nacida en esta ciudad de Barahona el 29 de abril del 1925, fueron sus padres Don Ceferino Sánchez y Doña Anarda Chapman. En 1943 contrajo matrimonio con el también Maestro don Rafael Manuel Franco Ramírez, con quien procreó a Rafael Ovidio y a Víctor Manuel, hoy médicos especialistas en ejercicio.
La vocación por el magisterio la llevó a graduarse de Maestro Normal Primario en la Escuela Normal Urania Montás en San Juan de la Maguana. Más tarde realizó estudios superiores en Educación, recibiendo el título de Profesor en Matemáticas en el Centro Universitario Regional del Suroeste -CURSO-, extensión de la Universidad Autónoma de Santo Domingo -UASD- en esta ciudad de Barahona.
Iniciada como Maestra en el municipio de Enriquillo, desarrolló una larga trayectoria en el servicio magisterial en esta ciudad de Barahona. En 1965, atendiendo a necesidades de numerosos estudiantes que no podían asistir a clases durante el día y deseaban concluir la enseñanza secundaria, junto a otros profesores colaboró en la organización del Liceo Nocturno en esta ciudad.
Para Ecos del Sur.
Nacida en esta ciudad de Barahona el 29 de abril del 1925, fueron sus padres Don Ceferino Sánchez y Doña Anarda Chapman. En 1943 contrajo matrimonio con el también Maestro don Rafael Manuel Franco Ramírez, con quien procreó a Rafael Ovidio y a Víctor Manuel, hoy médicos especialistas en ejercicio.
La vocación por el magisterio la llevó a graduarse de Maestro Normal Primario en la Escuela Normal Urania Montás en San Juan de la Maguana. Más tarde realizó estudios superiores en Educación, recibiendo el título de Profesor en Matemáticas en el Centro Universitario Regional del Suroeste -CURSO-, extensión de la Universidad Autónoma de Santo Domingo -UASD- en esta ciudad de Barahona.
Iniciada como Maestra en el municipio de Enriquillo, desarrolló una larga trayectoria en el servicio magisterial en esta ciudad de Barahona. En 1965, atendiendo a necesidades de numerosos estudiantes que no podían asistir a clases durante el día y deseaban concluir la enseñanza secundaria, junto a otros profesores colaboró en la organización del Liceo Nocturno en esta ciudad.
Capacidad, respeto por sus semejantes, buena disposición y excelentes relaciones humanas distinguieron a Doña Carmen durante su ejercicio profesional, siendo jubilada tras 40 años en el servicio y, en honor a la dedicación exhibida durante el servicio, fue objeto de reconocimientos por numerosas instituciones.