POR BENNY RODRIGUEZ
Artículo enviado a Ecos del Sur
El título es de un popular merengue de nuestro “niño mimado” Fernando Villalona que traigo a colación a propósito de que la Unap de la comunidad de El Salado, Galván, tiene cuatro meses cerrada. Está el cojón vacío: sin médicos, enfermeras, conserjes ni vigilancia.
La delincuencia que no respeta lugar, sobre todo, en los sitios con mayores carencias, como El Salado, una de las comunidades más deprimidas, económica y socialmente de la provincia Bahoruco, le llevaron el panel solar que proporcionaba electricidad.
Para que tenga una idea los problemas sociales y económicos de esta comunidad, que interesa y es foco de atención cuando ocurren grades tragedias, como el trágico accidente en que un camionero se llevó a decenas de niños y jóvenes que participaban de una actividad popular o cuando un grupo comió un sancocho, al parecer con orina de rata, los jóvenes de esta comunidad tienen que irse a la Capital y sus mujeres a esas islas del Caribe, en su mayoría usted sabe a qué.
Se los encuentra, a nuestros jóvenes, que deberían estar en las escuelas, en las universidades (muchos nos hemos preparado y otros siguen haciéndolo), por las distintas calles de la Capital vendiendo frutas y en el Parque Independencia lustrando zapatos.
Por todos los medios pacíficos han buscado el nombramiento del médico, pero no han valido las visitas, los reclamos públicos, incluso, plantearle el problema al propio Ministro, quien hizo el compromiso de nombrarlo, pero la Unap continúa sin médico, sin nada, deteriorándose la estructura y la pintura.
Este lunes la comunidad, que forma parte del Comité de Desarrollo del municipio de Galván, sesionó con la gente del pueblo y, aunque era el propósito planificar movilizaciones y paralizaciones, El Salado con mucha pobreza, que raya en la miseria extrema, optó por abrir otra ventana al dialogo para lograr se nombren el galeno.
El jueves de esta semana, Gregorio Jiménez (Davel), director de la junta de distrito, nos llamó para informarnos que en la mañana del citado día una comisión visitará a la doctora Nilda Pérez, Directora Regional de los Servicios de Salud para gestionar el nombramiento del facultativo, como último intento pacífico para lograr ese justo reclamo, porque como dice el pedacito del popular merengue de Villalona “si siguen aprestando la tuerca; pueden dañar la rosca”.
La delincuencia que no respeta lugar, sobre todo, en los sitios con mayores carencias, como El Salado, una de las comunidades más deprimidas, económica y socialmente de la provincia Bahoruco, le llevaron el panel solar que proporcionaba electricidad.
Para que tenga una idea los problemas sociales y económicos de esta comunidad, que interesa y es foco de atención cuando ocurren grades tragedias, como el trágico accidente en que un camionero se llevó a decenas de niños y jóvenes que participaban de una actividad popular o cuando un grupo comió un sancocho, al parecer con orina de rata, los jóvenes de esta comunidad tienen que irse a la Capital y sus mujeres a esas islas del Caribe, en su mayoría usted sabe a qué.
Se los encuentra, a nuestros jóvenes, que deberían estar en las escuelas, en las universidades (muchos nos hemos preparado y otros siguen haciéndolo), por las distintas calles de la Capital vendiendo frutas y en el Parque Independencia lustrando zapatos.
Por todos los medios pacíficos han buscado el nombramiento del médico, pero no han valido las visitas, los reclamos públicos, incluso, plantearle el problema al propio Ministro, quien hizo el compromiso de nombrarlo, pero la Unap continúa sin médico, sin nada, deteriorándose la estructura y la pintura.
Este lunes la comunidad, que forma parte del Comité de Desarrollo del municipio de Galván, sesionó con la gente del pueblo y, aunque era el propósito planificar movilizaciones y paralizaciones, El Salado con mucha pobreza, que raya en la miseria extrema, optó por abrir otra ventana al dialogo para lograr se nombren el galeno.
El jueves de esta semana, Gregorio Jiménez (Davel), director de la junta de distrito, nos llamó para informarnos que en la mañana del citado día una comisión visitará a la doctora Nilda Pérez, Directora Regional de los Servicios de Salud para gestionar el nombramiento del facultativo, como último intento pacífico para lograr ese justo reclamo, porque como dice el pedacito del popular merengue de Villalona “si siguen aprestando la tuerca; pueden dañar la rosca”.