POR VINCIO LOPEZ
Para Ecos del Sur
Nuestro Hospital Regional Universitario Jaime Mota, y la Región Enriquillo, cuentan con suficientes y bien capacitados médicos traumatólogos y ortopedas con alta capacidad resolutiva para la mayoría de las fracturas y traumas que se producen. Lo mismo puede decirse del equipo de anestesiología necesario para los procedimientos quirúrgicos y/o anestésicos no quirúrgicos.
Contrario a los centros regionales de cualquier especialidad, lo lógico, lo práctico, lo viable y lo posible es que al menos los hospitales de Neyba y Barahona sean debidamente equipados y dotados de los insumos necesarios para que estos especialistas realicen sus labores como Dios manda. En la medida en que estas deficiencias sean corregidas, aunque sea gradualmente, disminuirán los referimientos, el uso de las ambulancias y las complicaciones de los pacientes traumatizados.
Nuestros traumatólogos dominan las técnicas y realizan los más complejos actos quirúrgicos, tales como reemplazo total de caderas y reemplazo de rodillas entre otros. Solo basta, repito, que los hospitales dispongan de lo necesario y de que se discipline mejor el servicio en función de la demanda, que se implante una política de mejora continua de la calidad que proporcione satisfacción a los usuarios.
Hubo una época en que el propio Hospital Darío Contreras devolvía al Hospital Jaime Mota los pacientes traumatizados de la Región Enriquillo que necesitaban cirugías que no fueran de emergencia ni pusieran en peligro el estado de salud de los afectados. Acercar a las personas la solución de sus problemas es lo deseable. El Hospital de Azua pudiera ser un centro regional de neurotraumatología para los casos en que sea necesario el servicio de Neurocirugía, en lo que se van creando las condiciones para que el Hospital Regional Jaime Mota pueda también brindar ese servicio.