POR JOSE ANTONIO MATOS
Para Ecos del Sur
En los días que discurren, hemos visto, si se puede llamar así, el tribunal superior electoral (TSE) por dentro ya que en primer lugar llegan a la opinión pública, diferencias de criterios entre los miembros de la misma, en lo concerniente a operaciones administrativas de compras sin licitaciones debidas, de acuerdo a una parte de la membresía de dicho tribunal.
Ellos son cinco y al parecer dos de ellos han estado siendo contestatarios a acciones y medidas de la otra parte, en la que se encuentra el presidente del organismo, de manera, que en la opinión pública se piensa en serias diferencias y hasta se ha hablado de crisis, lo cuan rechazamos desde esta sencilla posición de espectador.
La democracia es en esencia, el poder de la disidencia, por tanto, el poder de disentir y discernir entre un individuo y otro, no importa el nivel de investidura, solo se requieren, la guarda de los buenos modales y altura de los planteamientos, y… si vamos a examinar donde más se debe expresar ese derecho, pues precisamente, en el organismo que corresponde administrar y contar el producto de la esencia misma de la democracia, el punto crítico, en el cual el ciudadano ejerce el máximo poder que le da la ley, su boto.
Dirigentes políticos de los mayores niveles de nuestra sociedad, han mostrado preocupación por el nivel de contradicciones que se expresa, entre ellos, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, quien en uno de esos actos de desacierto político, visita esa institución y luego se destapa con declaraciones de preocupación por tales síntomas, cuando lo correcto y justo, es lo contrario, hay que aplaudir, que dos miembros del tribunal, se paren y alcen su voz, frente a una dirección de tribunal, dirigido de manera dictatorial y omnímoda, el pueblo dominicano lo ha visto así, y eso no es democrático, como no lo ha sido don Miguel Vargas en su corto tiempo de presidente del PRD, el pueblo dominicano debe sentirse esperanzado en que sus instituciones empiecen a tener espacios de diferenciación de opiniones y a los magistrados que habrá que remover, serán los que incumplan la ley no a los responsables, capaces de levantar su voz en defensa de los derechos del pueblo.
Ellos son cinco y al parecer dos de ellos han estado siendo contestatarios a acciones y medidas de la otra parte, en la que se encuentra el presidente del organismo, de manera, que en la opinión pública se piensa en serias diferencias y hasta se ha hablado de crisis, lo cuan rechazamos desde esta sencilla posición de espectador.
La democracia es en esencia, el poder de la disidencia, por tanto, el poder de disentir y discernir entre un individuo y otro, no importa el nivel de investidura, solo se requieren, la guarda de los buenos modales y altura de los planteamientos, y… si vamos a examinar donde más se debe expresar ese derecho, pues precisamente, en el organismo que corresponde administrar y contar el producto de la esencia misma de la democracia, el punto crítico, en el cual el ciudadano ejerce el máximo poder que le da la ley, su boto.
Dirigentes políticos de los mayores niveles de nuestra sociedad, han mostrado preocupación por el nivel de contradicciones que se expresa, entre ellos, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, quien en uno de esos actos de desacierto político, visita esa institución y luego se destapa con declaraciones de preocupación por tales síntomas, cuando lo correcto y justo, es lo contrario, hay que aplaudir, que dos miembros del tribunal, se paren y alcen su voz, frente a una dirección de tribunal, dirigido de manera dictatorial y omnímoda, el pueblo dominicano lo ha visto así, y eso no es democrático, como no lo ha sido don Miguel Vargas en su corto tiempo de presidente del PRD, el pueblo dominicano debe sentirse esperanzado en que sus instituciones empiecen a tener espacios de diferenciación de opiniones y a los magistrados que habrá que remover, serán los que incumplan la ley no a los responsables, capaces de levantar su voz en defensa de los derechos del pueblo.
