POR JOSE ALCANTARA
Para Ecos del Sur
A raíz del ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina, la Republica Dominicana se sumergió en la más profunda crisis política, económica y social. Todo el país, después de ese acontecimiento histórico quedo bajo la supervisión de los Estados Unidos de Norteamérica según algunos historiadores. Joaquín Balaguer, que era el presidente títere desde el año 1960, al quedarse gobernando a raíz de la muerte del tirano, para apaciguar las protestas del pueblo que exigían la salida de los remanentes del Tirano, decreto en el mes de junio la Ley de Amnistía, Libertad de los presos Políticos, elecciones libres, autonomía para los ayuntamientos, aumento de salarios, suspensión del partido Dominicano de los Trujillo de toda actividad pública o privada, cambio del nombre de la capital de Ciudad Trujillo por el original Santo Domingo, entre otras reivindicaciones.
Una misión de la OEA vino al País el día 12 del mes de septiembre para percatarse de todos los acontecimientos que se estaban dando en la nación, encontrándose con un pueblo en la calle movilizado, coreando consigna en contra del gobierno títere de Balaguer.
Inmediatamente después de la muerte del tirano, el pueblo comenzó una cacería sin precedente en contra de los calieses del régimen y los miembros del Servicio de Inteligencia Militar (SIM). Las golpizas contra los representantes de la opresión y la humillación del régimen se realizaban a cualquier hora y en cualquier esquina. No encontraban refugio en ninguna parte, donde quiera que se metían eran sacados a palos y pedradas con el objetivo de “lincharlos”. En toda la nación, pero principalmente la capital, los miembros del MPD y el 1J4, tenían una lucha feroz con los remanentes del gobierno caído.
Con miedo a quedarse fuera del poder, el día 10 de diciembre Balaguer forma un Consejo de Estado para dirigir los destinos del País, integrado por Luis Amiama Tío, Antonio Imbert Barreras (quienes participaron en el tiranicidio), además de Monseñor Eliseo Pérez Sánchez, Rafael Filiberto Bonnelly, Eduardo Read Barreras, Nicolás Pichardo y el mismo Joaquín Balaguer seguía como presidente. El pueblo seguía en las calles dominicanas a pesar de que se había tomado la decisión política de formar ese consejo de gobierno.
Para calmar las movilizaciones populares, que reclamaba justicia por los asesinatos cometidos por la tiranía, el consejo de estado removió a todo el ministerio publico de sus funciones nombrando nuevos fiscales para perseguir los crímenes de lesa humanidad que habían cometidos los esbirros de los Trujillo. En Barahona se escogió para presidir ese importante organismo a un joven abogado de nombre Rafael Méndez (FELLO). Ese muchacho tenía fama de ser un hombre honesto, serio, con una familia de prestigio en esta ciudad. Cuando fue nombrado fiscal todo el pueblo se alegro, expresando que por fin en Barahona un persona con carácter e independiente iba a dirigir la parte de la justicia que correspondía al ministerio publico.
En el País se comenzó a levantar la consigna de “navidad sin Balaguer” y “Balaguer muñequito de papel”. La oligarquía criolla para no quedarse fuera del gobierno, en enero del año 1962 propuso para el Consejo de Estado a Donald Read Cabral por su hermano Eduardo Read quien había renunciado y al señor José Abel Fernández, pero la situación seguía tensa con manifestaciones por todos los lados. Balaguer creía engañar al pueblo otorgando otras reivindicaciones, pero en un acto de cobardía, en el parque independencia de la capital Dominicana, es ametrallada una multitud que se manifestaba en ese símbolo de la libertad en contra de los remanentes de la tiranía y por la libertad del pueblo Dominicano, muriendo 5 persona y más de una decena quedaron herida. Ese 16 de enero se lleno de luto la patria de Duarte.
Debido a eso y sus ansias de poder, el General Rafael Rodríguez Echavarría da un golpe de estado y mete preso a todos los miembros del Consejo de Estado. Pero la resistencia popular de los civiles obligo al consejo cívico militar a renunciar el día 18 dos días después. Fueron puesta en libertad los miembros del consejo de estado y obligado Balaguer a renunciar e inmediatamente se asilo en la nunciatura apostólica. Rafael Filiberto Bonnelly se quedo dirigiendo el consejo de estado. En Barahona, ese mismo día 18 llega la noticia de que el General Rodríguez Echavarría había sido destituido, nadie había salido a la calle debido a que el general había decretado toque de queda o estado de sitio en todo el territorio nacional.
El Fiscal Fello Méndez recibe la noticia a las 8 de la noche de ese día de lo que había acontecido y decide realizar una caravana para celebrar la caída del usurpador. Convoca a su amigo Gonzalo Castillo (Macorís), parte de su familia, los hermanos Patnella entre otros. Se dirigen al parque Central de Barahona donde ya había una enorme multitud celebrando la caída y todos se unen, y de ahí después de haberle dado una vuelta al pueblo, toman la calle Nuestra Señora del Rosario.
Todos lanzaban consignas por el retorno a la democracia y de repente en la calle Arzobispo Noel, frente a la Iglesia Católica (Iglesia Vieja), una patrulla militar los detiene e inmediatamente Fello se Identifica: “que es lo que sucede, porque nos detienen, soy yo el fiscal de Barahona y estamos celebrando caída del General Rodríguez”. Sin mediar palabras, un oficial apodado TOMBO abrió fuego con su fusil y los demás miembros del ejército también comenzaron disparar. La multitud se disperso corriendo en todas las direcciones. Los militares seguían disparando y hubo uno que vociferaba: “maten a todos eso comunistas”. De repente cesan los disparos. Hay silencio. Nadie habla. Se oyen ruido de motores. Los minutos parecen horas y alguien grita: “ya se fueron. Todos corren al Jeep de Fello.
Al llegar encuentran agonizando al joven fiscal Barahonero, el señor Gonzalo Castillo resulto herido con un disparo en la cabeza, resultaron con lecciones provocadas por las balas el doctor Pablo Feliz Peña y Julio el Bombero. Muere Fello y una gran manifestación de dolor embargo a todo el pueblo. Una gran multitud participo de las honras fúnebres. Fello Méndez se convirtió en todo el país en un símbolo de la justicia con libertad. Con esta muerte innecesaria y criminal, Barahona perdió a uno de sus mejores hombres en la flor de su juventud. Ojala que no se vuelve a repetir algo así nunca jamás.