Para Ecos del Sur.
La Guerra Civil Española es el conflicto bélico que estalló tras un fallido golpe de estado de un sector del ejército contra la Segunda República y que asoló el país entre el 17/20 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939, concluyendo con la victoria de los nacionales y la instauración de un sistema dictatorial a la cabeza del cual se halló el general Francisco Franco.
La Guerra Civil Española fue un conflicto social, político y militar, que más tarde repercutiría también en un conflicto económico. Fruto de esa situación, en el mes de mayo de 1940 de acuerdo a historiadores, llego al país huyendo del problema el primer grupo de emigrantes compuesto por 750 israelitas. Estos fueron asentados en tierras donadas por el estado en el municipio de Sosua, Puerto Plata. Por eso, Trujillo cobro un millón de dólares. De acuerdo al abogado español Jesús de Galindez, también arribaron desde otros países Europeos en ese mismo año, entre 4000 a 5000 españoles que se refugiaron en este país después del triunfo de franco.
De acuerdo a los historiadores dominicanos, la inmigración española estaba compuesta por profesionales, intelectuales, ex militares y agricultores que habían participado en la guerra del lado republicano. Muchos de ellos era intelectuales con ideas políticas avanzadas: comunistas, socialistas y liberales.
Uno de esos profesionales que llego al país en ese año lo fue el Ingeniero especializado en minas, Horacio Pérez Gonzales, un militante del Partido Comunista Español, quien participo de manera activa en la guerra civil y que había nacido en la provincia de León, en España, donde su familia era dueña de una mina de Carbón vegetal. Cuando huyo de ese País dejo una hija de nombre Amalia Pérez. Por su capacidad profesional logro tener en el gobierno del dictador Rafael Leónidas Trujillo varios puestos de trabajo.
Laboro en la exploración de la mina de Ferro Níquel en Bonao, así como también en los investigación de gas y petróleo en azua. En este pueblo sureño se caso y procreo dos hijas más de nombres Amelia e Inés. Al no obtener el dictador dominicano los resultados esperados en la provincia de Azua, lo envió a Barahona como encargado de construcción y riego del Ingenio azucarero. Llego a vivir en los bateyes 5 y 6, construyendo los canales de regadío y las casas donde vivían y viven los emigrantes Haitianos que venían y vienen por temporadas al corte de la caña. En Barahona se casa con la señora Palmira Miranda, con quien procreo cinco hijos de nombre Helan, Mandolín, Sara, Alipio y Tico.
Desde que arribo al País se dedico a intercambiar opiniones con algunos sectores progresistas, para ayudarlos a entender la revolución civil española y aportar ideas con el objetivo de organizar sindicatos y tertulias de intelectuales. Entre esos amigos de discusión se encontraban Juan Miguel Román, Fidelio Despradel, Asdrúbal Domínguez, entre otros que después fundaron el 1J4.
Durante todo el tiempo de la dictadura de Trujillo, mantuvo un perfil bajo, para según él, poder criar a los hijos que había procreado en la Republica Dominicana. A pesar de las ofertas de sus compañeros de lucha, que se habían marchado para México, Estados Unidos, entre otras naciones, se quedo en Barahona, mudándose con su familia a una de las casas que se le tenía asignada a los funcionarios del Ingenio en la calle conocida como la quinta avenida.
A raíz de la muerte de Trujillo y salida su familia del País, su activismo político a favor de las causas libertarias fue mayor. El 9 de julio del año 1961, el 1J4, sale de la clandestinidad y se convierte en partido político con Manolo Tavares a la cabeza. Para participar de las actividades del 1J4, en Barahona se hizo amigo de los Patnellas y los Batista, familias estas anti-Trujillistas y que eran miembros del recién fundado Movimiento revolucionario, bautizado con ese nombre en honor a los rebeldes dominicanos que habían ingresados al país en un movimiento armado para derrocar al gobierno dictador.
Fueron días importantes de movilización y lucha. El 10 de julio los estudiantes universitarios a través de la Federación de Estudiantes dirigida por Amín Abel, Asdrúbal Domínguez, entre otros, solicitaron la autonomía para la UASD. El pueblo estaba en las calles solicitando la libertad de los que ajusticiaron al dictador. El día 20 del mes de octubre llega Juan Bosch al país procedente del extranjero después de haber estado exiliado.
Desde Barahona el señor Horacio Pérez González se trasladaba a Santo Domingo a participar en las actividades por la democratización del País. Allí se juntaba con parte de la dirigencia del PRD del 1J4. Máximo López Molina, fundador del MPD, llego a reunirse con el español como se le conocía en los círculos revolucionarios. El 16 de enero del año 1962, estaba en el parque independencia, cuando un tanque del ejercito disparo a la multitud que exigía la salida de los remanentes de la dictadura, matando cinco, que obligaron a Joaquín Balaguer, presidente títere a refugiarse en la nunciatura y salir al exilio. Horacio Pérez, ya con la nacionalidad dominicana se convirtió en un combatiente revolucionario.
Juan Bosch es electo presidente el 20 de diciembre de 1962, toma posesión el 27 de febrero de 1963 y después de iniciar un gobierno democrático, con una constitución de corte liberar, es derrocado el 25 de septiembre de ese mismo año. Manolo Tavares Justo, líder del Movimiento Revolucionario 1J4, llama a todos su militantes a una asamblea y deciden irse a las montañas para lograr restaurar el gobierno constitucional. Ahí estaban Horacio, Alfredo Patnella, Berto Batista, entre otros Barahoneros, quienes propusieron que se alzarían en armas en las montañas de Barahona, por el municipio de Enriquillo. En una camioneta roja de su propiedad, desde la capital dominicana el ingeniero Horacio trajo las armas de los futuros guerrilleros.
Después del fracaso del alzamiento revolucionario, Horacio se acerca más al PRD y se hace muy amigo de Pablo Rafael Casimiro Castro, alto dirigente de esa agrupación, quienes realizaban diversas reuniones para delinear la política de ese partido, dada la experiencia del ciudadano dominico-español. En esta ciudad de Barahona, mantenía serias contradicciones con los Sousa y Los Toral, a quienes acusaba de ser contra revolucionarios y pertenecer a la Falange Española, agrupación del dictador Francisco Franco.
Desde el año 1964 y hasta abril de 1965, se mantuvo realizando sus actividades en el Ingenio Barahona, pero participando de manera activa en las actividades políticas del país, donde las fuerzas de la izquierda del 1J4 y del Movimiento Popular Dominicano se mantenían realizando movilizaciones estudiantiles a través del grupo universitario FRAGUA y de secundaria UER. El PRD lo hacía de manera más tímida.
El 24 de abril del año 1965, se sublevan dos guarniciones en la capital dominicana y cae el triunvirato que gobernaba. En Barahona, el pueblo se lanza a las calles el 25 de ese mes, solicitándoles armas al Mayor de la Fuerza Aérea Eladio Marmolejos para respaldar al movimiento constitucionalista. Horacio Pérez participaba ese día en esa actividad dispersada a tiros por el mayor del ejército y sus subalternos. Su compromiso era tan grande con el pueblo, que junto a otros militantes revolucionarios, en su vehículo se trasladaron a los pueblos de Duverge, Jimani y Neyba, solicitándoles a los comandantes de esas plazas militares que le entregaran las armas a la masa para que el país retornara a la constitucionalidad. Cosa que no logro.
Ese mismo día 25, ya en Barahona de noche y después del llamado del PRD, a través de José Francisco Peña Gómez, para que el pueblo se lanzara a las calles a defender la constitución del 1963, en el parque central de Barahona, micrófono en mano, Horacio llamo al pueblo a luchar por un mejor bienestar para la nación Dominicana. De nochecita se dirigió a su casa, converso con sus hijos y se acostó a dormir. A las 6 de la mañana del día 26, un contingente militar de la F.A., rodea la casa de Horacio en la Calle 5ta. Avenida del Batey central y lo conmina a salir, diciéndole el capitán Nina, que comandaba las tropas, que Marmolejos lo quería ver. Sale de su casa y le acompaña su hijo mayor de edad Helan Pérez Miranda.
Al llegar a la base militar, el mayor asesino, Eladio Marmolejos, despacha al joven Pérez Miranda. Tan pronto el hijo de Horacio se marcha, comienza el interrogatorio y la discusión entre el revolucionario y el esbirro. Marmolejos le dice: “porque tu siendo Español te mete en los problemas de los dominicanos, esto es asunto nuestro”. Por un momento Horacio se quedo en silencio y le respondió: “soy dominicano de hecho y por derecho, ahora bien, si tu eres más que yo, porque no te pone a favor del pueblo”. Ese día 26 la discusión fue muy acalorada cada uno defendiendo su posición.
El día 27 en la madrugada, después de haber estado en la base y sostenido una agria discusión con el Mayor Marmolejos y fruto de la presión de algunos sectores de la sociedad Barahonera, Horacio fue trasladado al cuartel de la policía nacional. Allí se traslado su esposa, doña Palmira Miranda a llevarle comida y ropa limpia. Ese 27 de abril, la embajada de los Estados Unidos acuso a los constitucionalista de estar infiltrados por comunistas. Con la llegada de las tropas norteamericanas al país el 28 de ese mes, convirtiéndose este hecho en una grosera y criminal invasión, Horacio es trasladado de nuevo al cuartel militar. Allí, con prepotencia y altanería, vuelve a ser interrogado por el Mayor Marmolejos, esta vez con insultos e improperios, llamándolo comunista y agitador: “Eres un buen comunista y agitador, que lo que esta bueno es arrancarte la cabeza, ustedes no van a ganar, ya los americanos están aquí a favor de nosotros”.
EL Ingeniero Horacio le contesto: “es verdad, yo soy comunista pero no soy un asesino”.
Esta respuesta molesto mucho al mayor Marmolejos quien le fue encima a Horacio dándole un golpe en la cara con su mano derecha. Horacio que estaba sentado en una silla detrás del escritorio donde estaba siendo interrogado y custodiado por dos militares, salto por encima de esta y le propino al asesino varios golpes que lo hicieron rodar. Uno de los custodios a ver al cobarde de su jefe corriendo hacia atrás le gritaba a Horacio: “suéltalo o te mato, suéltalo o te mato”. Al verse en apuro Marmolejos le dice a su subalterno; “que espera, va a dejar que me mate este comunista”. Eso fue una orden. Tres disparos a quema ropa de fusil y cae asesinado el ingeniero Horacio Pérez González. Ese mismo día, de acuerdo a versiones militares y familiares, lo enterraron sin ataúd en la base militar de la Fuerza Aérea Dominicana en Barahona.
Esta respuesta molesto mucho al mayor Marmolejos quien le fue encima a Horacio dándole un golpe en la cara con su mano derecha. Horacio que estaba sentado en una silla detrás del escritorio donde estaba siendo interrogado y custodiado por dos militares, salto por encima de esta y le propino al asesino varios golpes que lo hicieron rodar. Uno de los custodios a ver al cobarde de su jefe corriendo hacia atrás le gritaba a Horacio: “suéltalo o te mato, suéltalo o te mato”. Al verse en apuro Marmolejos le dice a su subalterno; “que espera, va a dejar que me mate este comunista”. Eso fue una orden. Tres disparos a quema ropa de fusil y cae asesinado el ingeniero Horacio Pérez González. Ese mismo día, de acuerdo a versiones militares y familiares, lo enterraron sin ataúd en la base militar de la Fuerza Aérea Dominicana en Barahona.
Sin saber nada de lo sucedido su esposa doña Palmira fue a saber de él, pero le dijeron que lo habían llevado de nuevo a la policía. Durante mucho tiempo se mantuvo esa señora buscando a su esposo vivo o muerto de un lado para otro. Misiones de la OEA y de ONU vinieron a Barahona a indagar sobre la desaparición del ciudadano dominico-español sin encontrar su paradero. La familia Pérez Miranda acuso siempre a la señora María Morales de haber chivateado al ingeniero con el mayor Marmolejos, quienes eran muy amigos. El esposo de doña María, Nayo Méndez, fue a la casa de los familiares del ingeniero a dar explicaciones sobre el hecho del que acusaban a su mujer negando esa versión.
Terminada la revolución e instalado Joaquín Balaguer en el poder por las tropas norteamericanas, un mayor de apellido Olivo desalojo de la casa donde vivían, en la 5ta, avenida del Batey central, a la esposa y los hijos de Horacio, que por trabajo y derecho se habían ganado. El pueblo Dominicano siempre recordara la solidaridad revolucionaria del ingeniero Horacio Pérez. Esperamos encontrar su cadáver y darle cristiana sepultura.