POR JOSE ANTONIO MATOS
Para Ecos del Sur
Con diferentes puntos de vista de parte de la opinión pública, discurren los días de gobierno del licenciado Danilo Medina, que va por más de 9 meses, con respecto al enfrentamiento de la violencia en sentido general, pero sobre todo en las calles, callejones y carreteras, donde el ciudadano, de todos los niveles han sido parte y testigo de un terror en el que parecería que la delincuencia adquirió certificado de dueño.
Asesinatos, asaltos y todo tipo de desmanes sobre la población, ha sido el saldo dejado al país por la mala administración peledeista, encabezada por el doctor Leonel Fernández Reina, donde los alcances de la mano siniestra de la delincuencia ha alcanzado a ricos y pobres, sin distinción, luego de ver, nuestra sociedad, los programas de barrio seguro, motocicletas y demás, emprendidos por el fracasado anterior gobernante, el cual llegó a decir, en su defensa, que se vio en el dilema de pegar o pagar, en tanto, como al dicho de a Dios rogando y con el mazo dando, vendía la empresa pública, y con esta venta, el empleo y la esperanza se perdían, motores fundamentales para la creación de violencia de todo género, incluyendo la familiar.
Finalmente, el presidente Medina, toma la acción de enviar los militares y policías a las calles, medida criticada por muchos y desacreditada en el pasado, cuando se ha intentado, insuficiente como la valoramos, pero oportuna en estos momentos, sin dejar de reconocer que no es la solución, pero ante el terror imperante, impera la salida a las calles, para auxiliar al ciudadano indefenso ante el delincuente, ¡cara!, lo sabemos, pero importante una masiva presencia, aunque más adelante se amaine. Queremos observar, que la fuerza como tal, puede a lo largo convertirse en dañina, como dañina es la práctica que estamos observando, la de usarla como control de la violencia a la vez de uso en la regulación del tránsito.
Lo decimos porque, ver como anoche, a las 12:30 AM, en la avenida Núñez de Cáceres con Rómulo Betancourt, como en otros lugares y días deteniendo vehículos y pidiéndole documentos, ó se vigila y protege al ciudadano ó se regula el tránsito, porque detener a ciudadanos decentes que transitan por nuestra calles de esa manera, no es menos que otro ingrediente de violencia, de lo cual estamos llenos, la inteligencia debe primar en estos operativos, la presencia militar en estos momentos en las calles es necesaria, no la dañen con acciones de papeleos que luego terminarán de seguro, en macuteo, la experiencia lo dice.
Es necesaria la presencia de la autoridad en las calles y carreteras, lo he visto y vivido en toda la zona en que nos desempeñamos, he transitado innumerables veces de Neiba a Barahona, y demás localidades de la región, sin ver un solo agente en ninguna parte, eso hay que corregirlo, hay que improvisar pequeños cuarteles en diferentes partes de las vías, que sirvan de puntos de apoyo momentáneos y circunstanciales, según lo demande la inteligencia y el sentido común, a pesar de que es el menos común de los sentidos.
Asesinatos, asaltos y todo tipo de desmanes sobre la población, ha sido el saldo dejado al país por la mala administración peledeista, encabezada por el doctor Leonel Fernández Reina, donde los alcances de la mano siniestra de la delincuencia ha alcanzado a ricos y pobres, sin distinción, luego de ver, nuestra sociedad, los programas de barrio seguro, motocicletas y demás, emprendidos por el fracasado anterior gobernante, el cual llegó a decir, en su defensa, que se vio en el dilema de pegar o pagar, en tanto, como al dicho de a Dios rogando y con el mazo dando, vendía la empresa pública, y con esta venta, el empleo y la esperanza se perdían, motores fundamentales para la creación de violencia de todo género, incluyendo la familiar.
Finalmente, el presidente Medina, toma la acción de enviar los militares y policías a las calles, medida criticada por muchos y desacreditada en el pasado, cuando se ha intentado, insuficiente como la valoramos, pero oportuna en estos momentos, sin dejar de reconocer que no es la solución, pero ante el terror imperante, impera la salida a las calles, para auxiliar al ciudadano indefenso ante el delincuente, ¡cara!, lo sabemos, pero importante una masiva presencia, aunque más adelante se amaine. Queremos observar, que la fuerza como tal, puede a lo largo convertirse en dañina, como dañina es la práctica que estamos observando, la de usarla como control de la violencia a la vez de uso en la regulación del tránsito.
Lo decimos porque, ver como anoche, a las 12:30 AM, en la avenida Núñez de Cáceres con Rómulo Betancourt, como en otros lugares y días deteniendo vehículos y pidiéndole documentos, ó se vigila y protege al ciudadano ó se regula el tránsito, porque detener a ciudadanos decentes que transitan por nuestra calles de esa manera, no es menos que otro ingrediente de violencia, de lo cual estamos llenos, la inteligencia debe primar en estos operativos, la presencia militar en estos momentos en las calles es necesaria, no la dañen con acciones de papeleos que luego terminarán de seguro, en macuteo, la experiencia lo dice.
Es necesaria la presencia de la autoridad en las calles y carreteras, lo he visto y vivido en toda la zona en que nos desempeñamos, he transitado innumerables veces de Neiba a Barahona, y demás localidades de la región, sin ver un solo agente en ninguna parte, eso hay que corregirlo, hay que improvisar pequeños cuarteles en diferentes partes de las vías, que sirvan de puntos de apoyo momentáneos y circunstanciales, según lo demande la inteligencia y el sentido común, a pesar de que es el menos común de los sentidos.