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lunes, 15 de julio de 2013

BROMAS ENRIQUILLERAS: Anon o anona premiado

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POR BIENVENIDO MÉNDEZ GALARZA
Para Ecos del Sur

Hace varias décadas un reconocido personaje del patio como buen enriquillero no podía pasar por alto la cosecha de anon o anona del momento y fue con su hijo a una propiedad donde estaban como arena en la playa.

Eran tanto las anonas que el longevo personaje los comía con la vista y le surgió la idea de trillar y seleccionar a su gusto y antojo la fruta de su preferencia debajo de la mata, y para ese gusto contaba con su acompañante y vástago apodado por el senil hombre con el mote de Munina.

Aunque doblado por el paso severo de los años nuestro personaje contaba con unos seis pies de estatura y sus jocosidades y gracia le hacían pasar por alto la edad revelada en su rostro zanjado por la severidad del tiempo.

El señor fue al escenario de las anonas a saciar su hambre y su gusto por la fruta, por eso le ordenaba con firmeza y don de mando a su acompañante el anon que comería, ese no, tampoco ese, aquel...Hasta que vio uno que parecía una piña y le grito a su hijo que lo bajara y con mucho cuidado para que no se abriera.

Tomo el anon en sus dos manos y lo coloco en su boca a la velocidad de la luz succionándolo con gusto profundo hasta expulsar decenas de semillas las cuales despulpo en instantes, pero con la desdicha de que en el centro del anon se anidaba en busca del néctar una gran avispa- caballo que pico la garganta del viejo, que solo atino a decir: “ENTRA MUNINA QUE BUEN ANON”.