NUEVA YORK.-La Liga Americana logró cortar la racha de tres derrotas al hilo que tenía en los Juegos de Estrellas al vencer a su similar de la Liga Nacional con marcador de 3-0 en el llamado Clásico de mitad de verano en Grandes Ligas celebrado en el Citi Field.
Contrario a lo esperado, el estelar Mariano Rivera fue designado por el manager Jim Leyland para lanzar la octava entrada, en vez de la novena como es usual en él, en la que logró retirar a la oposición sin mayores problemas. Su actuación marca la última vez que un pelotero con el número 42 actuará en un partido de las Estrellas, ya que Rivera se retirará al finalizar la presente temporada.
Unos 45,186 fanáticos llenaron las gradas del estadio de Queens, la mayor asistencia jamás reportada en la facilidad inaugurada en el 2009.
Con la victoria, el más joven de los circuítos asegura la ventaja de local en la Serie Mundial en octubre próximo.
La fama que tiene el hogar de los Mets de ser un estadio poco favorable para los bateadores se dejó sentir desde el inicio, ya que el partido fue un duelo de lanzadores en las primeras cuatro entradas.
Max Scherzer de los Tigres de Detroit y Matt Harvey de los locales Mets abrieron las hostilidades sin permitir libertades a los bateadores de ambas ligas. Pero Harvey tuvo algo de problemas cuando luego de permitirle doblete al primer lanzamiento del juego a Mike Trout, de los Angelinos de Los Angeles, le propinó pelotazo en la pierna derecha al intermedista dominicano Robinson Canó, de los Yankees de Nueva York.
El camarero se quedó en la inicial, pero poco después fue sacado del partido, siendo sustituído por Dustin Pedroia, de los Medias Rojas de Boston. Las pruebas realizadas salieron negativas, y la lastimadura parece no ser de cuidado, según confirmó el propio Canó a los medios.
Harvey se convirtió en el primer miembro de un equipo anfitrión de un Juego de Estrellas en abrirlo desde que Roger Clemens, siendo miembro de los Astros de Houston, lo hiciera en el 2004. En total, es el 11º lanzador en la historia en comenzar un partido de las Estrellas en su estadio local. .-La Liga Americana logró cortar la racha de tres derrotas al hilo que tenía en los Juegos de Estrellas al vencer a su similar de la Liga Nacional con marcador de 3-0 en el llamado Clásico de mitad de verano en Grandes Ligas celebrado en el Citi Field.
Contrario a lo esperado, el estelar Mariano Rivera fue designado por el manager Jim Leyland para lanzar la octava entrada, en vez de la novena como es usual en él, en la que logró retirar a la oposición sin mayores problemas. Su actuación marca la última vez que un pelotero con el número 42 actuará en un partido de las Estrellas, ya que Rivera se retirará al finalizar la presente temporada.
Unos 45,186 fanáticos llenaron las gradas del estadio de Queens, la mayor asistencia jamás reportada en la facilidad inaugurada en el 2009.
Con la victoria, el más joven de los circuítos asegura la ventaja de local en la Serie Mundial en octubre próximo.
La fama que tiene el hogar de los Mets de ser un estadio poco favorable para los bateadores se dejó sentir desde el inicio, ya que el partido fue un duelo de lanzadores en las primeras cuatro entradas.
Max Scherzer de los Tigres de Detroit y Matt Harvey de los locales Mets abrieron las hostilidades sin permitir libertades a los bateadores de ambas ligas. Pero Harvey tuvo algo de problemas cuando luego de permitirle doblete al primer lanzamiento del juego a Mike Trout, de los Angelinos de Los Angeles, le propinó pelotazo en la pierna derecha al intermedista dominicano Robinson Canó, de los Yankees de Nueva York.
El camarero se quedó en la inicial, pero poco después fue sacado del partido, siendo sustituído por Dustin Pedroia, de los Medias Rojas de Boston. Las pruebas realizadas salieron negativas, y la lastimadura parece no ser de cuidado, según confirmó el propio Canó a los medios.
Harvey se convirtió en el primer miembro de un equipo anfitrión de un Juego de Estrellas en abrirlo desde que Roger Clemens, siendo miembro de los Astros de Houston, lo hiciera en el 2004. En total, es el 11º lanzador en la historia en comenzar un partido de las Estrellas en su estadio local.
Contrario a lo esperado, el estelar Mariano Rivera fue designado por el manager Jim Leyland para lanzar la octava entrada, en vez de la novena como es usual en él, en la que logró retirar a la oposición sin mayores problemas. Su actuación marca la última vez que un pelotero con el número 42 actuará en un partido de las Estrellas, ya que Rivera se retirará al finalizar la presente temporada.
Unos 45,186 fanáticos llenaron las gradas del estadio de Queens, la mayor asistencia jamás reportada en la facilidad inaugurada en el 2009.
Con la victoria, el más joven de los circuítos asegura la ventaja de local en la Serie Mundial en octubre próximo.
La fama que tiene el hogar de los Mets de ser un estadio poco favorable para los bateadores se dejó sentir desde el inicio, ya que el partido fue un duelo de lanzadores en las primeras cuatro entradas.
Max Scherzer de los Tigres de Detroit y Matt Harvey de los locales Mets abrieron las hostilidades sin permitir libertades a los bateadores de ambas ligas. Pero Harvey tuvo algo de problemas cuando luego de permitirle doblete al primer lanzamiento del juego a Mike Trout, de los Angelinos de Los Angeles, le propinó pelotazo en la pierna derecha al intermedista dominicano Robinson Canó, de los Yankees de Nueva York.
El camarero se quedó en la inicial, pero poco después fue sacado del partido, siendo sustituído por Dustin Pedroia, de los Medias Rojas de Boston. Las pruebas realizadas salieron negativas, y la lastimadura parece no ser de cuidado, según confirmó el propio Canó a los medios.
Harvey se convirtió en el primer miembro de un equipo anfitrión de un Juego de Estrellas en abrirlo desde que Roger Clemens, siendo miembro de los Astros de Houston, lo hiciera en el 2004. En total, es el 11º lanzador en la historia en comenzar un partido de las Estrellas en su estadio local. .-La Liga Americana logró cortar la racha de tres derrotas al hilo que tenía en los Juegos de Estrellas al vencer a su similar de la Liga Nacional con marcador de 3-0 en el llamado Clásico de mitad de verano en Grandes Ligas celebrado en el Citi Field.
Contrario a lo esperado, el estelar Mariano Rivera fue designado por el manager Jim Leyland para lanzar la octava entrada, en vez de la novena como es usual en él, en la que logró retirar a la oposición sin mayores problemas. Su actuación marca la última vez que un pelotero con el número 42 actuará en un partido de las Estrellas, ya que Rivera se retirará al finalizar la presente temporada.
Unos 45,186 fanáticos llenaron las gradas del estadio de Queens, la mayor asistencia jamás reportada en la facilidad inaugurada en el 2009.
Con la victoria, el más joven de los circuítos asegura la ventaja de local en la Serie Mundial en octubre próximo.
La fama que tiene el hogar de los Mets de ser un estadio poco favorable para los bateadores se dejó sentir desde el inicio, ya que el partido fue un duelo de lanzadores en las primeras cuatro entradas.
Max Scherzer de los Tigres de Detroit y Matt Harvey de los locales Mets abrieron las hostilidades sin permitir libertades a los bateadores de ambas ligas. Pero Harvey tuvo algo de problemas cuando luego de permitirle doblete al primer lanzamiento del juego a Mike Trout, de los Angelinos de Los Angeles, le propinó pelotazo en la pierna derecha al intermedista dominicano Robinson Canó, de los Yankees de Nueva York.
El camarero se quedó en la inicial, pero poco después fue sacado del partido, siendo sustituído por Dustin Pedroia, de los Medias Rojas de Boston. Las pruebas realizadas salieron negativas, y la lastimadura parece no ser de cuidado, según confirmó el propio Canó a los medios.
Harvey se convirtió en el primer miembro de un equipo anfitrión de un Juego de Estrellas en abrirlo desde que Roger Clemens, siendo miembro de los Astros de Houston, lo hiciera en el 2004. En total, es el 11º lanzador en la historia en comenzar un partido de las Estrellas en su estadio local.