BUSCAR EN NUESTRA PAGINA

Header Ads

domingo, 21 de julio de 2013

OPINION: Al jefe de la Policía.

0 comments
POR EDGAR FELIZ MENDEZ
Para Ecos del Sur

Conozco desde hace mucho tiempo al Mayor General, Manuel Castro Castillo, hoy Jefe de la Policía.  Le conocí en mi natal  Barahona cuando yo desempeñaba las funciones de Procurador Fiscal, cuando él apenas era 2do o  1er., Teniente específicamente, perteneciendo al entonces Departamento Antinarcóticos de la Policía, pasando de ahí, junto al ex jefe también de la Policía  Mayor General (r) Rafael Guerrero Peralta a la Dirección Nacional de Control de Drogas, DNCD.

En la Dirección Nacional de Control de Drogas, DNCD, desempeñó y ejerció funciones muy importantes, creo, sin temor a equivocarme, que nos encontramos frente a uno de lo oficiales más correcto, disciplinado y preparado con que cuenta la Policía Nacional, y de los que han pasado por la DNCD, institución ésta, me refiero a la DNCD, que se llega serio y se sale corrupto; pero en la persona del Mayor General Manuel Castro Castillo, tenemos una de las excepciones, éste policía académico, de una conducta y reciedumbre como el acero, con una moral intachable, de perfil bajo y sereno, calculador e inteligente, de trato fino, cortés y amable, pero duro como una roca, de personalidad definida, creyente en los principios de la moral y las buenas costumbres, apegado al respeto de los derechos civiles y ciudadanos, pero con temple indoblegable, este humilde mortal, está llamado a realizar las transformaciones que demanda nuestra sociedad para el ejercicio de una policía para los nuevos tiempos, para una policía no represiva, sino, una policía comunitaria. Apuesto a ti amigo.

Ahora bien, los que me conocen, saben que no soy hombre de lisonjas, pero mucho menos de servir o tumba polvo, honor a quien honor merece! Pero el caso no es ese amigo Castro Castillo, te digo amigo, porque así lo considero, cuando vi tu designación en los medios de comunicación, sentí una gran alegría, me dije por dentro, tuvo que llegar un sureño a la Presidencia de la República para que se haga justicia y se ponga a un verdadero y buen policía en la jefatura, pero no voy a ser hipócrita, lo más me gustó, es que se trataba de un amigo mío.

El tema es amigo!, y no acabo de entenderlo, por que a usted?, por qué a usted el Problema del Partido Revolucionario Dominicano, PRD?, vi con mucha pena y tristeza la reunión celebrada entre tres amigos, me refiero a mi viejo amigo Mayor General Rafael Guerrero Peralta, Mayor General Carlos Díaz Morfa y el Mayor General Manuel Castro Castillo, oficiales todos de una misma estirpe de formación y honestidad, todos ustedes me merecen el mayor respeto; sentí pena y vergüenza del PRD y su dirigencia, aquellos que le mal llamamos líderes, cuanta falta nos hace el Doctor José Francisco Peña Gómez, como es posible, pero que descaro, cuanta torpeza, donde está la inteligencia, formación y sagacidad política de nuestros dirigentes. 
 
No, no mi Mayor General Castro Castillo, usted como buen policía, conocedor de sus deberes y obligaciones, obediente al poder civil legalmente constituido, usted debe decirle y asesorar, aunque él lo sabe, me refiero al Honorable Señor Presidente de la República  Danilo Medina Sánchez, que deje a los perredeístas que resuelvan su problema ellos, que en vez de sentar a tres generales de nuestros cuerpos armados, para analizar tal situación, que sean los líderes de ese partido que se siente a analizar, cuales son las propuestas que les van a presentar al pueblo, y si no pueden sentarse a analizar, que se vayan, y nos dejen a nosotros, para hacer y construir un nuevo liderazgo, si es que hay con que?.

El país demanda que se le respete, el PRD no es propiedad particular de nadie, el PRD es patrimonio del pueblo dominicano, el PRD es parte de la cultura dominicana, el PRD son sus estatutos, la ley y la constitución de la República, el PRD somos todos nosotros; si ya usted cumplió su mandato, váyase en paz y no jodas más, si usted no se respeta, respétenos a nosotros, si quieres seguir, entonces, sométase con reglas claras al escrutinio de las bases del partido.