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miércoles, 3 de julio de 2013

OPINION: Patrullas en las calles, pero la delincuencia les tumba el pulso

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POR ALEJANDRO SANTANA
 
Como ciudadano me duele y me hace sentir indefenso que cada día a cualquier hora los hechos delictivos se sigan produciendo en diferentes sectores de la ciudad, como burla a la acción policial y militar que ha decidido patrullar nuestras calles.
 
Desde unos años a esta parte, los ciudadanos en todo el territorio hemos visto como la delincuencia nos ha venido acorralando sin misericordia, mostrando mas poder de movilidad que nuestras autoridades.
 
Al sol de hoy ya nadie esta seguro en ninguna parte, los atracos se producen en los barrios más apartado igual que en el mismo centro de la ciudad.
 
Es como si los delincuentes, hayan entendido que deben golpear a los ciudadanos haciéndole entender a las autoridades que ellos carecen de los elementos para detenerlos.
 
La población esta desesperada, insegura, ningún lugar es seguro en la actualidad, te atracan frente a grupos de personas no importa que tan resguardado sea el lugar.
 
Igual que los ciudadanos, los policías y militares sienten miedo a los delincuentes, en la mayoría de las veces estos están mejor armados que ellos y hasta gozan de mayor respeto ante las autoridades judiciales.
 
Digo esto porque los jueces de nuestro país son mas ligeros a reconocer los derechos ciudadanos a quienes andan delinquiendo que a policías y guardias que cada minuto arriesgan sus vidas.
 
Cuando cualquier ciudadano es agredido para robarle, el caso no amerita ninguna investigación, pero cuando un policía o militar tiene que herir a un delincuente para desactivarlo, este policía o militar es objeto de sanción.
 
Es como si existiera un meta mensaje en esa parte y nuestros policías y militares, sienten el mismo miedo que cualquier ciudadano común y corriente, puede ir a la cárcel por agredir a un delincuente.
 
Cuando una patrulla sorprende a un delincuente en plena acción, este, el delincuente tiene mas movilidad para escapar, usa mejor arma, motores mas ligeros y hasta la complicidad de desaprensivos.
 
La ciudadanía se  esta quejando constantemente por la inseguridad de las calles, se está quejando de la ineficacia de nuestros policías y militares que por temor a ir a las cárceles no realizan con eficiencia su obligación de mantenernos libre de delincuentes.
 
Es como si de repente, los reyes de las calles fueran los que delinquen desde puntos de venta pública de drogas en cualquier sector o las acciones delictivas, como atracos, asaltos y robos a ciudadanos y establecimientos comerciales.
 
Todos estamos desesperados, porque los delincuentes tienen mayor radio de acción que nuestras autoridades policiales y militares y pese a que en todas partes los delincuentes son conocidos, resultan ser intocables.
 
Hasta hemos llegado al colmo que un policía que actúa contra vendedores callejeros de drogas y delincuentes que cometen actos reñidos con la ley es amenazado por otros delincuentes y hasta familiares de ese anti social.
 

Nos conformamos con decir que es un problema de la descomposición social, pero es que nuestras autoridades con su desinterés o complicidad han estado alimentando esa descomposición.
 
Y surge una pregunta obligada? Es qué no hay manera de aplicar penas a quienes anden delinquiendo y que se conoce que son reincidentes en el delito¿.
 
Sin barajar mucho una respuesta directa, tendremos que afirmar que para nuestros jueces es imposible asumir esa responsabilidad que le impone su investidura en una sociedad donde las madres de los delincuentes los reivindican como ejemplares ciudadanos.
 
Si no cambiamos, códigos de actuar y asumimos con responsabilidad, de nada silbe tanto patrullaje en las calles porque siempre los delincuentes seguirán tumbando el pulso a nuestros policías y militares.