POR BIENVENIDO MENDEZ
Para Ecos del Sur
Un astuto enriquillero que vivía en la ciudad capital tenía una situación económica bastante precaria, realidad que lo condujo a utilizar su inteligencia para evitar perecer junto a su familia.
Eran los primeros años de los setenta y el hombre no encontraba una respuesta rápida, hasta que contemplo la idea de construir varias docenas de molinillo , objetos que ya estaban en vía de desaparición debido al auge de las modernas licuadoras.
Para los más jóvenes un molinillo es un palito con una cabecita de alambre dulce en la punta en forma de tomate que servía para batir frutas como lechosa, zapote, melón, chocolate, etc. para hacer jugos, instrumento que la licuadora sustituyo.
Una tarde nuestro compueblano salió por un populoso barrio de la capital a vender molinillo y recorrió varias calles promoviendo a lengua batiente su extraño producto y no logro convencer a nadie para que los comprara.
Pero el hombre no se rindió, y en cambio diseño una nueva táctica de venta que dio un excelente resultado enviando en la mañana del próximo día a dos amigos a comprar molinillo en los colmados del barrio.
Con la trampa puesta a los colmaderos el popular personaje enriquillero fue en la tarde al barrio a vender molinillo a los mismos lugares donde habían ido sus amigos a comprar y la venta fue perfecta, y los vendió todos en dos colmados...Cuanta astucia para vivir.
Eran los primeros años de los setenta y el hombre no encontraba una respuesta rápida, hasta que contemplo la idea de construir varias docenas de molinillo , objetos que ya estaban en vía de desaparición debido al auge de las modernas licuadoras.
Para los más jóvenes un molinillo es un palito con una cabecita de alambre dulce en la punta en forma de tomate que servía para batir frutas como lechosa, zapote, melón, chocolate, etc. para hacer jugos, instrumento que la licuadora sustituyo.
Una tarde nuestro compueblano salió por un populoso barrio de la capital a vender molinillo y recorrió varias calles promoviendo a lengua batiente su extraño producto y no logro convencer a nadie para que los comprara.
Pero el hombre no se rindió, y en cambio diseño una nueva táctica de venta que dio un excelente resultado enviando en la mañana del próximo día a dos amigos a comprar molinillo en los colmados del barrio.
Con la trampa puesta a los colmaderos el popular personaje enriquillero fue en la tarde al barrio a vender molinillo a los mismos lugares donde habían ido sus amigos a comprar y la venta fue perfecta, y los vendió todos en dos colmados...Cuanta astucia para vivir.