POR JOSE A. MATOS
Al escribir sus opiniones sobre la perentoriedad de la construcción de la presa de Monte Grande y la urgencia de aprobar y realizar el préstamo ascendente a 249.5 millones de dólares (doscientos cuarenta y nueve mil quinientos), el ingeniero Guzmán da en el clavo y se pone a tono una vez más con los intereses de la patria, su acción, la de pronunciarse a favor de esta obra, es digna de imitar por los ciudadanos conscientes, a fin de contrarrestar a los malos dominicanos que siempre buscan que las obras sean solo las que le favorezca en términos personales, lo decimos porque son muchos los técnicos y figuras públicas que se pronuncian en disfavor de esa obra, unos alegando altos costos y otros por razones técnicas que no han podido demostrar. Felizmente, oímos recientemente favorecerla, a una figura que despotricó contra ella hace un par de años, las opiniones sanas hacen su efecto.
Los beneficios que enumera el ingeniero Leandro Guzmán, son tan elocuentes, que solo mencionarlos generan una cascada de soluciones importantes en la mente de cada uno de los sureños, una producción hidroeléctrica, de 10 a 15 megavatios, que es de los menores beneficios que derivaría, con tan solo recordar lo que ha sido la hidroeléctrica “ Las Damas”, que inició con menos de 7 megavatios a inicios de los años setentas, es un ejemplo, además de que su operación (de la presa), desmontaría más de 30 sistemas de riego que en la actualidad operan con consumo de energías, tanto eléctrica como por combustibles fósiles. La incorporación de más de 150 mil tareas de tierras que no lo están por encontrarse a niveles más altos que las aguas disponibles actuales, es otro beneficio axiomático. Adicionándosele además, las retiradas de las aguas del lagos Enriquillo en las más de 350 mil tareas que le ha quitado a la agricultura, de las cuales, muchas no servirán para producción agrícola, pero sí para la pecuaria en corto tiempo.
Solo le faltó al ingeniero Guzmán, referirse si es que lo contempla, aunque sí lo hemos demostrado, el rol que jugaría esta monumental obra, en la crecida del lago Enriquillo, que junto a la impostergable derivación de aguas del Yaque del Sur, río San Juan y demás afluentes al mar caribe, al través de la Bahía de Neiba.
Esta obra, la de derivación de las aguas con el dique de MENA y el vertedero ó aliviadero de Canoa es fundamental para la seguridad de las vidas y propiedades, repetimos, aguas abajo de la presa de monte , y al través de esta derivación es la única manera de evitar que el sedimento contenido en la presa de Sabana Yegua (estimado en el 25% de su contenido) vaya al mar, y no a la presa nueva, o el fondo de de la laguna de Cabral y finalmente al lago Enriquillo.
Los beneficios que enumera el ingeniero Leandro Guzmán, son tan elocuentes, que solo mencionarlos generan una cascada de soluciones importantes en la mente de cada uno de los sureños, una producción hidroeléctrica, de 10 a 15 megavatios, que es de los menores beneficios que derivaría, con tan solo recordar lo que ha sido la hidroeléctrica “ Las Damas”, que inició con menos de 7 megavatios a inicios de los años setentas, es un ejemplo, además de que su operación (de la presa), desmontaría más de 30 sistemas de riego que en la actualidad operan con consumo de energías, tanto eléctrica como por combustibles fósiles. La incorporación de más de 150 mil tareas de tierras que no lo están por encontrarse a niveles más altos que las aguas disponibles actuales, es otro beneficio axiomático. Adicionándosele además, las retiradas de las aguas del lagos Enriquillo en las más de 350 mil tareas que le ha quitado a la agricultura, de las cuales, muchas no servirán para producción agrícola, pero sí para la pecuaria en corto tiempo.
Solo le faltó al ingeniero Guzmán, referirse si es que lo contempla, aunque sí lo hemos demostrado, el rol que jugaría esta monumental obra, en la crecida del lago Enriquillo, que junto a la impostergable derivación de aguas del Yaque del Sur, río San Juan y demás afluentes al mar caribe, al través de la Bahía de Neiba.
Esta obra, la de derivación de las aguas con el dique de MENA y el vertedero ó aliviadero de Canoa es fundamental para la seguridad de las vidas y propiedades, repetimos, aguas abajo de la presa de monte , y al través de esta derivación es la única manera de evitar que el sedimento contenido en la presa de Sabana Yegua (estimado en el 25% de su contenido) vaya al mar, y no a la presa nueva, o el fondo de de la laguna de Cabral y finalmente al lago Enriquillo.