POR TONY PIÑA.
Estuve a punto de quemar mi carnet del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP); total, ¿de qué me sirve?, porque aquí no hay que ir a una universidad para unos vivos vivir y hacerse pasar de periodistas. ¡y cómo viven esos diablitos! De la mejor manera, desacreditando la profesión y con un carnet de prensa colgándole del pecho; y esos malditos cuando me ven en una actividad ¿saben cómo me saludan? ¡Qué hay colega!, y yo los miro y no dejo de mirarlos y me digo para mis adentros ¡Qué maldito colega del coño es que soy de ustedes!
Gracias a Dios que ya no vivo del ejercicio periodístico. Estuviera muerto del corazón hace tiempo.
Pero, ahora, momentáneamente, he cambiado de idea. Aplazaré la quema del carnet como miembro del CDP.
La solidaridad me invita, el amigo me necesita; y porque expreso con mis manos lo que siento iré a votar en las próximas elecciones del CDP, el 30 de agosto. Muy rara vez he ido por ahí, pese a que soy miembro fundador del CDP; pero ese día iré, iré a votar porque mi amiga, mi colega, mi hermana Mercedes Castillo postula para dirigir el IPPP, el Instituto de Previsión y Protección de los periodistas, y esa morenita amiga sí sabe muy quién y quienes son periodistas y defiende su clase, no la clase de ésos vivos que viven de los programas de radio y de televisión macuteando, asaltando a la gente, haciéndose pasar de periodistas; y ahora tienen portales de noticias, ¡miren qué vaina!
¿Por qué aquí, en este paisito de la mierda, el que usurpa una profesión no lo meten preso? ¿Podría alguien sin ser médico operar a una gente o recetarle algún medicamento?
Okey, reconsideraré la idea de quemar mi carnet de CDP no porque lo necesite para ganarme la vida, pues ahora me la gano más fácilmente; sino porque iré a votar 30 de agosto por Mercedes Castillo, una auténtica y genuina periodista, de hecho de una gestión excelente durante en varios períodos le tocó dirigir el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP).
Con Mercedes Castillo en el IPPP me consta saberlo (no tienen que decírmelo) ningún periodista se morirá porque le falte una pastilla para calmar sus dolencias o por una debida y oportuna jubilación cuando se les agoten
sus fuerzas.
Mercedes, amiga, hermana, colega, madre, ¡cuenta conmigo! Extensivas son mis simpatías para Olivo, a la presidencia del CDP. Los tres hablamos el mismo idioma, el idioma de los periodistas.
