POR JOSE A. MATOS
Para Ecos del Sur
En las declaraciones vertidas a la opinión pública el pasado 12 de septiembre, en la que al tratar de manera ambigua, como lo expresó el amigo Rudesindo Ramírez, en una misiva, da de lado al enfoque fundamental de la problemática de los lagos Eriquillo y Azuei, definiendo como un simple, a nuestra lectura, fenómeno regional y atribuyendo pura y simplemente las crecidas, al cambio climático, pareciera, que el cambio referido solo se reflejara en los niveles de nuestros lagos, de los cuales no mencionan la laguna Rincón, que también ha sido acrecentada y sedimentada.
La laguna rincón, por ejemplo, que es parte de la cascada de ecosistemas dejados por el mar Caribe, dese la última glaciación, 1200 años atrás, es llenada sobre todo, por el desborde y descontrol de las aguas del Yaque del Sur, al romperse las estructuras y sedimentada la cuenca media y baja del Enriquillo y la desaparición del sistema de compuerta de regularización de las aguas del Yaque por caño Lucas, donde después de llevar cierto nivel a la laguna, la excedente iba al curso de río Yaque del Sur por su cuenca baja natural, llegando a la Bahía de Neiba por Habanero.
El lago Enriquillo, que no había tenido al río Yaque del Sur y el río San Juan, junto a sus demás afluentes, incluidos, las aguas vertidas en todo caso por las presas de Sabaneta Y Sabana Yegua, como afluentes, los ha estado recibiendo, y para solo dos ejemplos debemos citar que en las tormentas Olga Y Noel se depositaron más de 2100 millones de metros cúbicos por ese concepto al referido Lago y en el 2010, en tan solo 200 días al paso de tres fenómenos naturales, se depositaron en el mismo lago, más de 3700 millones de metros cúbicos, es importante hacer notar, que al paso del poderoso huracán Tomás, año 2010, el Enriquillo a la llegada a su cuenca de esas aguas, creció verticalmente un metro en tan solo 11 días.
Datos como estos, iguales que los que poseemos de las tormentas Isaac y Sandy, donde para la primera registramos en el primer ímpetu de sus aguas, un crecimiento de 38 centímetros en solo 11 días y en la segunda, Sandy, creció verticalmente, 52 centímetros en 13 días.
Rechazamos con energía las declaraciones de las dos instituciones de la crónica referida, la City College de Nueva York (CCNY) en voz de Jorge González y la del instituto tecnológico de Santo Domingo, tratan de desviar el curso de las verdaderas soluciones.
Vimos en un evento organizado por el PNUD, recientemente en Jimaní, la señora Yolanda León reconoció que no podía profundizar en el tema, por falta de datos pluviométricos y demás, quedando aplastada junto a varios expositores de su misma tesitura, por la avalancha de datos ofrecidos por los eminentes ciudadanos Héctor David Vólquez Román y Luis Cuevas, los cuales, con imágenes, explicaciones y datos de precipitaciones regionales, arrancaron prolongados aplausos de los asistentes y demostraron una ves más, que el evento no es simplemente de la naturalez, sino que la mano del hombre puede cambiar nuestra suerte con el trasiego de aguas excedentes al mar Caribe.
La laguna rincón, por ejemplo, que es parte de la cascada de ecosistemas dejados por el mar Caribe, dese la última glaciación, 1200 años atrás, es llenada sobre todo, por el desborde y descontrol de las aguas del Yaque del Sur, al romperse las estructuras y sedimentada la cuenca media y baja del Enriquillo y la desaparición del sistema de compuerta de regularización de las aguas del Yaque por caño Lucas, donde después de llevar cierto nivel a la laguna, la excedente iba al curso de río Yaque del Sur por su cuenca baja natural, llegando a la Bahía de Neiba por Habanero.
El lago Enriquillo, que no había tenido al río Yaque del Sur y el río San Juan, junto a sus demás afluentes, incluidos, las aguas vertidas en todo caso por las presas de Sabaneta Y Sabana Yegua, como afluentes, los ha estado recibiendo, y para solo dos ejemplos debemos citar que en las tormentas Olga Y Noel se depositaron más de 2100 millones de metros cúbicos por ese concepto al referido Lago y en el 2010, en tan solo 200 días al paso de tres fenómenos naturales, se depositaron en el mismo lago, más de 3700 millones de metros cúbicos, es importante hacer notar, que al paso del poderoso huracán Tomás, año 2010, el Enriquillo a la llegada a su cuenca de esas aguas, creció verticalmente un metro en tan solo 11 días.
Datos como estos, iguales que los que poseemos de las tormentas Isaac y Sandy, donde para la primera registramos en el primer ímpetu de sus aguas, un crecimiento de 38 centímetros en solo 11 días y en la segunda, Sandy, creció verticalmente, 52 centímetros en 13 días.
Rechazamos con energía las declaraciones de las dos instituciones de la crónica referida, la City College de Nueva York (CCNY) en voz de Jorge González y la del instituto tecnológico de Santo Domingo, tratan de desviar el curso de las verdaderas soluciones.
Vimos en un evento organizado por el PNUD, recientemente en Jimaní, la señora Yolanda León reconoció que no podía profundizar en el tema, por falta de datos pluviométricos y demás, quedando aplastada junto a varios expositores de su misma tesitura, por la avalancha de datos ofrecidos por los eminentes ciudadanos Héctor David Vólquez Román y Luis Cuevas, los cuales, con imágenes, explicaciones y datos de precipitaciones regionales, arrancaron prolongados aplausos de los asistentes y demostraron una ves más, que el evento no es simplemente de la naturalez, sino que la mano del hombre puede cambiar nuestra suerte con el trasiego de aguas excedentes al mar Caribe.