POR TOMAS AQUINO MENDEZ.
Tal como dice la canción, “cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, que no lo puede llenar, la llegada de otro amigo”. Hoy, mis Expresiones quieren resaltar las virtudes de un gran amigo.
Virtudes que no son reconocidas hoy porque se ha ido a su última morada. Hablo de Frank, ¿cuál Frank? ¡oh, el periodista que un guardia hizo comerse varias hojas de una libreta de apuntes en Uvilla, Tamayo, durante un paro de labores!.
Así se lo presentaba yo a muchos de mis nuevos amigos, al trasladarme a la capital en busca de una nueva forma de vida.
Cuando hablamos de alguien honesto, respetado, solidario, querido, desprendido y con liderazgo, surgía de inmediato el nombre de Juan Francisco Acosta (Frank) y para reconfirmar quien era, el ejemplo de las hojas que le hizo comer aquel militar soberbio una mañana de 1973. Después de la abusiva acción, Frank, junto a otros periodistas, fue montado a empujones en un camión del ejercito y llevado a la fortaleza Cambronal de Neyba.
Con Frank compartí muchos momentos importantes. Fue una relación de más de 40 años, que nos juntó en el barrio, la escuela, en el Frente Estudiantil Flavio Suero, en el MPD y en el Centro Universitario de la UASD en Barahona.
A partir de l976, tras ser convencidos por Peña Gómez sobre la bondad de la nueva corriente del Socialismo Democrático, Frank se integró total y decididamente en el PRD. Yo le seguí con reservas. Su carisma lo convirtió en alcalde de Tamayo en dos períodos consecutivos. Fue tesorero municipal.
Luego diputado y más tarde gobernador de la provincia Bahoruco. Junto a él fui secretario del ayuntamiento y luego me convenció de aspirar a regidor para convertirme en presidente del cabildo. Los últimos 10 años Frank tuvo que luchar contra su peor enemigo: el cáncer.
Él le ganó varios round, pero la madrugada del jueves éste le ganó la batalla. Paz a tu alma Frank. Hasta pronto caro amigo.
Tal como dice la canción, “cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, que no lo puede llenar, la llegada de otro amigo”. Hoy, mis Expresiones quieren resaltar las virtudes de un gran amigo.
Virtudes que no son reconocidas hoy porque se ha ido a su última morada. Hablo de Frank, ¿cuál Frank? ¡oh, el periodista que un guardia hizo comerse varias hojas de una libreta de apuntes en Uvilla, Tamayo, durante un paro de labores!.
Así se lo presentaba yo a muchos de mis nuevos amigos, al trasladarme a la capital en busca de una nueva forma de vida.
Cuando hablamos de alguien honesto, respetado, solidario, querido, desprendido y con liderazgo, surgía de inmediato el nombre de Juan Francisco Acosta (Frank) y para reconfirmar quien era, el ejemplo de las hojas que le hizo comer aquel militar soberbio una mañana de 1973. Después de la abusiva acción, Frank, junto a otros periodistas, fue montado a empujones en un camión del ejercito y llevado a la fortaleza Cambronal de Neyba.
Con Frank compartí muchos momentos importantes. Fue una relación de más de 40 años, que nos juntó en el barrio, la escuela, en el Frente Estudiantil Flavio Suero, en el MPD y en el Centro Universitario de la UASD en Barahona.
A partir de l976, tras ser convencidos por Peña Gómez sobre la bondad de la nueva corriente del Socialismo Democrático, Frank se integró total y decididamente en el PRD. Yo le seguí con reservas. Su carisma lo convirtió en alcalde de Tamayo en dos períodos consecutivos. Fue tesorero municipal.
Luego diputado y más tarde gobernador de la provincia Bahoruco. Junto a él fui secretario del ayuntamiento y luego me convenció de aspirar a regidor para convertirme en presidente del cabildo. Los últimos 10 años Frank tuvo que luchar contra su peor enemigo: el cáncer.
Él le ganó varios round, pero la madrugada del jueves éste le ganó la batalla. Paz a tu alma Frank. Hasta pronto caro amigo.
