TAMAYO, Baoruco.- Gran pesar causó en la región Suroeste y en el país la muerte del exdiputado y presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en este municipio, Juan Francisco Acosta Pérez (Frank), quien falleció el pasado jueves luego de largos años padeciendo de serios quebrantos de salud.
Además de legislador, Frank Acosta fue gobernador de Bahoruco, durante el período 2000-2004 y ocupó la sindicatura en dos periodos consecutivos aquí.
Fue un fiel seguidor y discípulo del líder del PRD, José Francisco Peña Gómez, y desarrolló un gran liderazgo local y regional, que mantuvo hasta la hora de su muerte, a pesar de su deteriorado estado de salud. Ejerció el periodismo, siendo corresponsal local durante los llamados “Doce Años”, de Joaquín Balaguer, labor que lo llevó a la cárcel en una ocasión.
Fue secretario del ayuntamiento, tesorero municipal, donde se le reconoció por la honradez y pulcritud con que se manejó. Su muerte ha dejado un pesar colectivo en Tamayo y en Bahoruco, Barahona e Independencia.
Su cadáver fue llevado a la iglesia San Antonio de Padua para el ceremonial religioso y seguir hasta el ayuntamiento, donde el consejo de regidores dispuso por unanimidad, acoger una propuesta del alcalde Menin Cuevas, para que el salón de actos lleve su nombre. Sus restos fueron sepultados en el cementerio de aquí el pasado viernes, luego de las habituales ceremonias en su residencia
Además de legislador, Frank Acosta fue gobernador de Bahoruco, durante el período 2000-2004 y ocupó la sindicatura en dos periodos consecutivos aquí.
Fue un fiel seguidor y discípulo del líder del PRD, José Francisco Peña Gómez, y desarrolló un gran liderazgo local y regional, que mantuvo hasta la hora de su muerte, a pesar de su deteriorado estado de salud. Ejerció el periodismo, siendo corresponsal local durante los llamados “Doce Años”, de Joaquín Balaguer, labor que lo llevó a la cárcel en una ocasión.
Fue secretario del ayuntamiento, tesorero municipal, donde se le reconoció por la honradez y pulcritud con que se manejó. Su muerte ha dejado un pesar colectivo en Tamayo y en Bahoruco, Barahona e Independencia.
Su cadáver fue llevado a la iglesia San Antonio de Padua para el ceremonial religioso y seguir hasta el ayuntamiento, donde el consejo de regidores dispuso por unanimidad, acoger una propuesta del alcalde Menin Cuevas, para que el salón de actos lleve su nombre. Sus restos fueron sepultados en el cementerio de aquí el pasado viernes, luego de las habituales ceremonias en su residencia