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domingo, 24 de noviembre de 2013

EXPRESIONES : Cambio radical

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 POR TOMAS AQUINO MENDEZ

Los hechos acaecidos en las últimas dos semanas, en la hasta ahora apacible región Suroeste, comienzan a preocupar.

Es cierto que, como en todas partes, en la zona se producía uno que otro hallazgo de droga o uno que otro asalto o crimen que alarmaba. Pero lo ocurrido en estos últimos 45 días ha encendido la luz de la alarma. Violaciones, asesinatos, asaltos, secuestros, homicidios se han producido con una frecuencia espantosa ¿Qué está pasando? ¿Qué o quién ha llevado la intranquilidad a la región? Hasta ahora esta había sido una región de hombres y mujeres trabajadoras, hogareñas, tranquilas.

Pero los asaltos a motociclistas, camiones cargados de mercancías o valores, estaciones de gasolina, autobuses, ciudadanos de a pie y colmados se han convertido en alarmantes. La región se ha infectado de gente perversa que asesina, roba, asalta y hasta viola a inocentes estudiantes, como ocurrió el pasado jueves con tres jovencitas del Batey No. 1. Todo está pasando muy rápido y preocupa que las autoridades policiales exhiban pocos éxitos contra esas bandas.

La región requiere de una mayor vigilancia y una ac- ción más enérgica contra este creciente malestar. Se hace urgente que las autoridades aumenten la vigilancia en la región Suroeste, una vigilancia que hasta hace poco se concentraba en las carreteras para evitar el contrabando desde y hacia Haití o en algunos puntos para frenar el narcotráfico.

Ahora es urgente que aumente la protección al ciudadano común, en las carreteras, en las calles, en los centros comerciales y hasta en las zonas productivas.

Hay que cuidar más a las familias, a los estudiantes, a los hogares. Vigilar esos pequeños tramos que unen comunidades pequeñas con centros más poblados, hasta donde se trasladan los estudiantes buscando salir del atraso y analfabetismo. Esos lugares por donde se mueven nuestros agrónomos que van a llevar la orientación profesional a los productores.

Los últimos hechos evidencian que hace falta una mayor presencia militar y policial para que nuestra región retorne a esa paz que nos ha caracterizado por siempre. Me preocupa la delincuencia en el Suroeste y me aterra la aparente inactividad de la autoridad responsable de proteger al ciudadano.

Clamo por una vigilancia rápida y efectiva, antes que los malos se impongan y obliguen a la gente buena a no salir de sus casas, abandonar sus predios agrícolas y ni a enviar sus hijos a las escuelas. Así de fea y alarmante esta la cosa en mi región. Qué pena.