POR ÁGUEDA RAMÍREZ DE RODRÍGUEZ,
para Ecos del Sur.
La vida pública de Flavia se inicia a los 17 años cuando, siendo estudiante del nivel secundario en esta ciudad de Barahona, se destacó como estudiante dedicada y recibió reconocimientos.
Hija de Don Clemito Medina Batista y de Doña Rosalía Acosta Féliz, nace en el Barrio Nuevo del municipio de Paraíso, el 23 de diciembre del 1946, desde donde vino a Barahona a muy temprana edad. Es madre de tres hijos propios: Juan Francisco, Clemito David y Pedro Daniel, más veintiuno de crianza, de los cuales diez son sus hermanos.
Su formación académica, muy amplia y variada, consta de varias licenciaturas: Educación, Sociología, Derecho y Contabilidad, así como el Nivel Técnico en Abono Orgánico, Agronomía Vegetal, Café, Frutales, y Salud. Posee además un Secretariado Ejecutivo y el Seminario en Gestión de Servicios Públicos Municipales, patrocinado por Participación Ciudadana, el cual la capacita para desarrollar asesoría a los Ayuntamientos Municipales.
Con gran vocación de servicio ha realizado y realiza grandes aportes a la sociedad, específicamente en labores relativas a reforma agraria, dirigencia comunitaria, vivienda, salud, educación y evangelización, en la actualidad Flavia se desenvuelve en múltiples actividades.
Con espíritu participativo, ocupa funciones tales como: Miembro Ad-Vitam de la Gran Orden Unida de Odfelows; Secretaria Nacional de los Trabajadores de la Salud; Secretaria de Organización de la Asociación Nacional de Reclamantes y Bienes Sucesorales; miembro nacional del Voluntariado Nacional Anticorrupción; Miembro y Coordinadora de la Mujer Campesina de Barahona; Miembro de la Unión Nacional de Mujeres Trabajadoras y del Consejo Nacional de Unión de Trabajadores Sindicalizados.
A lo largo de su carera de servicio, Flavia ha sido objeto de reconocimientos por numerosas instituciones: Sociedad César de Córdoba, Ayuntamiento Municipal, Ingenio Barahona, familia Amador en Bonao, Instituto Agrario Dominicano, entre otras.
Motivada por servir a sus semejantes, dice sentirse satisfecha por los logros alcanzados en sus múltiples gestiones y, parafraseando a Celia Cruz, que “nunca se retirará” del servicio comunitario, para satisfacer a Dios y a la comunidad, al tiempo que se declara la mujer más feliz del mundo, porque la suerte le ha dado la oportunidad de discernir la bellezas que Dios ha hecho para toda la humanidad de la cual es miembro.
