POR FREDY E. PEREZ ESPINOSA.
Del 1 de junio al 30 de noviembre de todos los años los organismos de socorro de la RD están alerta, ya que podemos ser afectados por una tormenta, un huracán o simplemente por una depresión tropical. Este período de tiempo lo conocemos como “La Temporada Ciclónica”. San Zenón, Inés, David, George, Noel y Olga, entre otros, han sido fenómenos atmosféricos que dejaron huellas de destrucción y muerte en el territorio nacional, en los últimos 83 años.
Como sabemos, estos eventos son fenómenos naturales que afectan a las personas, propiedades, animales, infraestructuras y todo cuanto encuentran a su paso, ocasionando pérdidas cuantiosas en vidas y bienes materiales.
La Defensa Civil, la Cruz Roja Dominicana, el Centro de Operaciones de Emergencias y los demás organismos de socorro del Estado Dominicano se activan en este período para hacerle frente a las eventualidades que pudiesen presentarse y para orientar a la población acerca de la peligrosidad de estos fenómenos.
Asimismo como existe “La Temporada Ciclónica” podríamos identificar dos períodos en RD comparables a la misma: “La Semana Santa” y “Navidad-Año Nuevo”.
Estos períodos, muy a pesar de ser festividades cristianas, las personas no correctamente orientadas y formadas los convierten en tiempos de desórdenes y bebentinas, ocasionando muchos accidentes de tránsito y pleitos que generalmente terminan en un número determinado de lesionados y muertos.
¡Oh, ironía de la vida! El COE y los demás organismos de socorro del Estado, los que trabajan en “La Temporada Ciclónica”, son los mismos que realizan las actividades de prevención y auxilio a los afectados en los períodos citados.
Particularmente a mí me llama la atención la temporada “Navidad-Año Nuevo” en la RD, ya que en ella muchas personas pierden el tino y se realizan cosas extravagantes. Figúrense, en la Ciudad Capital, específicamente en el Barrio Don Bosco, se realiza lo que han denominado “El Rally de Los Borrachos”.
Esta actividad tiene ya varios años celebrándose en la intercepción de las avenidas Leopoldo Navarro con 27 de febrero de Santo Domingo, los 31 de diciembre de cada año. En la misma se reúnen miles de personas para esperar el Año Nuevo entre tragos, bailes y música estridente (Ruidos). El desorden que se arma allí es mayúsculo y desborda el control de las autoridades.
Los residentes del Barrio Don Bosco están que pegan el grito al cielo, ya que no sólo no pueden dormir esa noche, sino que las personas destruyen parte de sus viviendas y realizan todo tipo de necesidades fisiológicas, inclusive, en las galerías de sus casas.
De verdad, que estamos llegando a una degeneración generalizada de la conducta de muchas personas, principalmente, en las temporadas de los tsunamis de “Semana Santa” y “Navidad-Año Nuevo”.
Debo expresar que el Rally de Los Borrachos no es exclusivo del Barrio Don Bosco de la ciudad de Santo Domingo, sino que se da en cada pueblo o rincón de la RD, precisamente, el 31 de diciembre de cada año.
La secuela de los Rallys de los Borrachos de este año 2013 (Navidad-Año Nuevo) son las siguientes, de acuerdo al COE: a) 965 accidentes de tránsito; b) 1,304 personas afectadas; c) 54 personas fallecidas en accidentes de tránsito y d) 303 personas intoxicadas con bebidas alcohólicas, incluidos 29 menores de edad (entre 2 y 17 años), sólo el 31 de diciembre.
En la provincia de Dajabón murió un niño de tan solo 2 años y 10 meses intoxicado con alcohol y otro menor de 12 años, del municipio de Barahona, se encuentra en estado crítico en un hospital de Santo Domingo por la misma causa.
Estas cifras son verdaderamente escalofriantes. Imagínense, 54 familias enlutadas en tan sólo una semana y niños de hasta 2 años intoxicados, producto de la ignorancia y la irresponsabilidad de sus padres o tutores.
En toda América Latina el número de víctimas mortales en accidentes de tránsito, en estos días, sobrepasa varias centenas y la RD, como siempre, marcha en los primeros lugares en estos aspectos negativos. ¡Que pena!
Como sabemos, estos eventos son fenómenos naturales que afectan a las personas, propiedades, animales, infraestructuras y todo cuanto encuentran a su paso, ocasionando pérdidas cuantiosas en vidas y bienes materiales.
La Defensa Civil, la Cruz Roja Dominicana, el Centro de Operaciones de Emergencias y los demás organismos de socorro del Estado Dominicano se activan en este período para hacerle frente a las eventualidades que pudiesen presentarse y para orientar a la población acerca de la peligrosidad de estos fenómenos.
Asimismo como existe “La Temporada Ciclónica” podríamos identificar dos períodos en RD comparables a la misma: “La Semana Santa” y “Navidad-Año Nuevo”.
Estos períodos, muy a pesar de ser festividades cristianas, las personas no correctamente orientadas y formadas los convierten en tiempos de desórdenes y bebentinas, ocasionando muchos accidentes de tránsito y pleitos que generalmente terminan en un número determinado de lesionados y muertos.
¡Oh, ironía de la vida! El COE y los demás organismos de socorro del Estado, los que trabajan en “La Temporada Ciclónica”, son los mismos que realizan las actividades de prevención y auxilio a los afectados en los períodos citados.
Particularmente a mí me llama la atención la temporada “Navidad-Año Nuevo” en la RD, ya que en ella muchas personas pierden el tino y se realizan cosas extravagantes. Figúrense, en la Ciudad Capital, específicamente en el Barrio Don Bosco, se realiza lo que han denominado “El Rally de Los Borrachos”.
Esta actividad tiene ya varios años celebrándose en la intercepción de las avenidas Leopoldo Navarro con 27 de febrero de Santo Domingo, los 31 de diciembre de cada año. En la misma se reúnen miles de personas para esperar el Año Nuevo entre tragos, bailes y música estridente (Ruidos). El desorden que se arma allí es mayúsculo y desborda el control de las autoridades.
Los residentes del Barrio Don Bosco están que pegan el grito al cielo, ya que no sólo no pueden dormir esa noche, sino que las personas destruyen parte de sus viviendas y realizan todo tipo de necesidades fisiológicas, inclusive, en las galerías de sus casas.
De verdad, que estamos llegando a una degeneración generalizada de la conducta de muchas personas, principalmente, en las temporadas de los tsunamis de “Semana Santa” y “Navidad-Año Nuevo”.
Debo expresar que el Rally de Los Borrachos no es exclusivo del Barrio Don Bosco de la ciudad de Santo Domingo, sino que se da en cada pueblo o rincón de la RD, precisamente, el 31 de diciembre de cada año.
La secuela de los Rallys de los Borrachos de este año 2013 (Navidad-Año Nuevo) son las siguientes, de acuerdo al COE: a) 965 accidentes de tránsito; b) 1,304 personas afectadas; c) 54 personas fallecidas en accidentes de tránsito y d) 303 personas intoxicadas con bebidas alcohólicas, incluidos 29 menores de edad (entre 2 y 17 años), sólo el 31 de diciembre.
En la provincia de Dajabón murió un niño de tan solo 2 años y 10 meses intoxicado con alcohol y otro menor de 12 años, del municipio de Barahona, se encuentra en estado crítico en un hospital de Santo Domingo por la misma causa.
Estas cifras son verdaderamente escalofriantes. Imagínense, 54 familias enlutadas en tan sólo una semana y niños de hasta 2 años intoxicados, producto de la ignorancia y la irresponsabilidad de sus padres o tutores.
En toda América Latina el número de víctimas mortales en accidentes de tránsito, en estos días, sobrepasa varias centenas y la RD, como siempre, marcha en los primeros lugares en estos aspectos negativos. ¡Que pena!
Los participantes de los Rallys de los Borrachos en la RD, el 31 de diciembre, 2013, deberían sentirse muy orgullosos con estos excelentes resultados, pues, llenan de luto y dolor a muchas familias dominicanas, sino pregúntenle a los amigos, compañeros de trabajo y familiares de la actriz y comediante Jeannette Vicioso Fernández, quien falleció, cuando su auto fue impactado por otro en la autopista Las Américas.
Sin que nadie se ofenda, considero que todavía no somos una nación organizada y civilizada, sino una pequeña aldea del Caribe, donde se celebra todos los años, para orgullo y satisfacción de algunos neandertales, el Rally de Los Borrachos.
Insisto, se requiere que el Estado Dominicano juegue un papel más proactivo en la educación de la población, ya que sólo así se puede disminuir el porcentaje de personas afectadas en períodos tan sensibles como Navidad y Año Nuevo, lo mismo que en Semana Santa. No me refiero a planes de emergencia o de operativos, como siempre se hace, sino a programas y planes bien estructurados por las autoridades, a corto, mediano y largo plazo.
Si esto se hace, entiendo que los resultados de la “Temporada Ciclónica” (Navidad-Año Nuevo) serían otros. Es más, yo me voy más lejos, sugiero que el Primer Mandatario de la Nación, ante la gravedad de la situación que tenemos cada año, debería, en ese período, dirigir un mensaje a la población haciendo énfasis en las medidas preventivas que se deben adoptar para que el luto y el dolor no lleguen a las familias dominicanas. No me refiero, en este caso, a un simple anuncio protocolar navideño, sino a una alocución formal del Presidente de la República Dominicana para que no se pierdan vidas tan valiosas como el angelito de Dajabón.
En definitiva, considero que hay una gran tarea por delante, tanto para las autoridades como para la población. Semana Santa viene por ahí y vamos a ver qué pasará.
El autor es Lic. Licenciado en Educación de la UASD
Para contactos con el autor: elegidoprimero@hotmail.com