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martes, 25 de febrero de 2014

OPINION: Pobre Nuria

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POR ROBERT VARGAS.
Tomado de Ciudad Oriental.

Pobre Nuria Piera. Alguien debe decirle que va por una pendiente rumbo al abismo; que está perdiendo el "angel", poco a poco, sin receso y de manera persistente.

Su flamante y todopoderoso cargo en la televisora privada CDN, que en su honor ahora es NCDN, parece que le está quedando algo grande.

Alguien debe decirle que cada día son más los periodistas y trabajadores de la prensa que la perciben como una ejecutiva represiva, agresiva, petulante, egocéntrica, altanera y abusadora. Yo también.

Conversando con periodistas y trabajadores de la prensa de distintos niveles no escucho por ninguna parte ni una sola palabra en su favor.

Quienes han trabajado con Nuria dicen horrores de su comportamiento frente a sus subalternos.
Le imputan hechos, reales o supuestos, que escandalizarían a cualquiera.
 
Incluso dicen que le hace la vida imposible a quienes trabajan con ella.
Pobre Nuria, va en picado.

Entre los periodistas se comenta su política de tierra arrasada en NCDN.

Nadie siente que tenga el empleo seguro. Hay nerviosismo y miedo.

Parece que el poder que le entregaron y el reconocimiento social del que disfruta se le ha subido a la cabeza y, en lugar convertirse en una líder del equipo, se ha transformado poco a poco en la ejecutora de acciones de corte tiránico.

Quizás por eso el informativo CDN también disminuye en su penetración e influencia en el país.

No descarto que cualquier día de estos se anuncie que vendieron a CDN.
Ya Nuria no es la misma. Es otra.
Quizás no.

A lo mejor es la misma Nuria que estaba oculta y la gente desconocía.

La pasada semana nos enteramos de que, supuestamente, Nuria despidió a una de sus periodistas porque se hizo una foto con el embajador de Venezuela en la República Dominicana, Alberto Castelar.

La foto luego fue subida a las redes sociales.

Varios medios digitales han informado sobre el acontecimiento y nadie lo ha desmentido.
Esa cesación a la periodista sería una más de las agresiones a su propio personal.
Y eso, tanto que ella reclama y reivindica la "libertad de expresión".

Otro detalle que me ha llamado la atención es la forma poco elegante y carente de profesionalidad que exhibió en su entrevista a Castellar.

Nuria demostró ante el país que carece de condiciones reales para hacer entrevistas de altura manteniendo el equilibrio, sin dejar de ser incisiva.

Ella debería buscar las entrevistas que hace Miguel Guerrero, un periodista en extremo conservador, de derecha confeso, pero elegante, incisivo y durísimo en sus entrevistas sin faltarle el respeto a sus invitados.

Política e ideológicamente estoy en el lado totalmente opuesto al de Guerrero, sin embargo, debo reconocer en este su profesionalidad, aunque la ponga al servicio de intereses que no son de nuestro agrado. Ese es su derecho.

Pero Miguel Guerrero sabe conducir una entrevista. Nuria debe aprender de él.
También de Julito Hazim.

Julito es incapaz de ofender a un entrevistado. Por eso es mi preferido.
Hace preguntas y permite que los entrevistados respondan.

Quizás Nuria pensó que cuando entrevistaba al embajador estaba haciendo un interrogatorio a un preso.

A lo mejor ella deseaba que le respondiera con las palabras y conceptos que ella quería.
Pobre Nuria.

Quizás deba aprender de su subalterna Elisa Mariot, quien no pierde la compustura y hace sus preguntas.

A una persona que quiero mucho siempre le he dicho que todo periodista es un político en acción, admitalo o no.

El concepto no es mío. Lo leí hace muchísimos años en un libro del chileno Camilo Taufic.
Los periodistas, cuando preguntamos y escribimos lo hacemos influidos por las concepciones ideológicas y polìticas que tenemos, aunque estas sean las de los peores sectores o clases sociales.

Toda pregunta tiene una intencionalidad polìtica e ideológica, aunque el periodista no lo sepa.
Y, en su entrevista al embajador Castelar, Nuria dejó que se viera a plenitud cuál era esa intencionalidad.

El entrevistado lo captó de inmediato y contraatacó. El estaba siendo atacado, que no entrevistado.

Esa entrevista en directo, reveló otro detalle interesantísimo en el caso de Nuria:
Una cosa es hacer un programa pregrabado con los textos escritos por otros y leidos en un telepronter o "en off", y una muy distinta tener frente a frente a un entrevistado dispuesto a defender sus posturas de los ataques encubiertos o abiertos de un político en acción.
Pobre Nuria.

Al convertirse en patrona dejó escapar la fiera que llevaba dentro y se ha dedicado a aplastar a sus subalternos en el departamento de prensa de su NCDN.

Y, al ir al aire con entrevistas en directo donde están en juego intereses polìticos, ideológicos y económicos ha dejado ver del lado en que está y, de paso, ha pretendido ordenarle a un país soberano lo que debe o no hacer con su representante.

Sin embargo, esa misma Nuria mimada por muchos, es la misma que, en ocasión de la lucha en defensa de Los Haitíses contra la cementera prefirió escurrir el bulto. ¿Saben proqué?
 
Para tantas actuaciones en un mismo y negativo sentido ella tendrá sus motivos.
Pobre Nuria... Lo importante no es como se inicia en la vida, sino como se termina.
 
(Nota: Por suerte para mí, Nuria no me puede cancelar).