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martes, 29 de abril de 2014

OPINION: Hay que ver para creer (I)

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POR SANTOS SALVADOR CUEVAS 
Articulo enviado  a ECOS DEL SUR.

Sí me lo hubiesen contado sin leerlo, no lo hubiese creído; pero lo he leído sin contármelo y sólo entonces me doy cuenta hasta donde es capaz de llegar una persona que se divorcia de valores y principios en aras de lograr un objetivo, sin importar la pobreza que implique o la mediocridad que arrastre en su Artículo, El PLD, Jigüera o Cachimbo, mediocridad de la que un día nos habló el Argentino José Ingeniero en su obra titulada El hombre mediocre.

Podría ser apasionado y locuaz en la defensa de un ideal, pero nunca, oídlo bien, nunca, nunca usaré la mentira, desconsideración y el libelo para alcanzar una meta, y precisamente es la mentira barata y la desconsideración apuesta la que abunda en ese libelo que nos presenta un señor al que toda la vida guardé consideración, admiración y una gratitud a la que no he renunciado nunca, desde aquél día, 21 de Enero de 1985, en que un accidente de tránsito por poquito me arranca la vida en el trayecto Uvilla - Tamayo ,donde murió aquél joven de El Jobo, municipio de Tamayo, denominado Guaracha, llevándome con una pierna rota hasta el Hospital Darío Contreras en la capital; de esa ocasión recuerdo que por no contar con familiares en Santo Domingo, fui alojado en el Cedee (un centro de educación popular) y que en ese lugar pude contar con la mano amiga del Prof. Juan Tomás Olivero, quien sin nunca renunciar me transportaba desde ese lugar hasta el Hospital.

Desde entonces le debo gratitud a este señor. Más, sin embargo, no por ello debo dejar pasar por alto el barde de lodo y mentiras vertido sobre mi nombre por el Sr. Olivero en aras de “salvar” o de identificarse con la causa de un familiar, o, mejor dicho, primo hermano de su esposa que en la noche del 27 de Febrero pasado, en medio de un conflicto de marca menor, tomó la botella de cerveza que portaba en su mano derecha, la esflecó contra el pavimento, se quedó con el cocote de botella en su mano, tomó por el cabello a la joven estudiante Dayreny Cuevas (mi sobrina) y, sin pensarlo dos veces le rajó la cara y el cuello, dejándola por muerta en el parque de Tamayo.

De eso se trata. Es decir, toda la alharaca y el odio vertido por Tomás Olivero contra mi, tiene su punto de gravitación en defender a su familiar, Kiko, quien es un delincuente confeso, no sólo por rajarle la cara inmisericordemente a una mujer, sino porque en dos ocasiones estuvo guardando prisión y fue condenado por consumo y venta de drogas narcóticas. A ese angelito familiar de su esposa es por quien el profesor Tomás Olivero decide desconsiderarme, usar la mentira como arma y extrapola hacia Tamayo el cuento Todo un hombre del profesor Juan Bosch.

Estamos ante un vulgar mentiroso y farsante, quien sin respetarse así mismo en una cuanta cuartilla que escribe deja identificar más de 10 mentiras, las que señalo a continuación:
Usted es un mentiroso cuando dice que en asambleas del PLD en Tamayo se dan pescozones y galletones, le reto a que me cite un solo caso en que en una reunión del PLD yo agredí a un compañero.

Miente cuando compara a Tamayo con la realidad de Vicente Rosa, pues pregúntese porqué si fuere real ese panorama perverso que usted describe, entonces por qué nosotros ganamos casi todos los procesos internos del PLD.

Diga cuales son los privilegio de que yo gozo si todo mi vida he llevado un estilo de vida sencillo y humilde; pero usted que es un hombre con ínfula de intelectual, por qué antes de mentir y hablar pamplinas no investigó mi cuenta bancaria y ahí se va a encontrar con mis privilegios en un monto de dinero que no sobrepasan los $45.00. De qué privilegio hablas, la gente quiere saber.

Usted es un mentiroso cuando dice que “perdiendo en su pueblo” fue premiado con un asiento en el palacio de la Delgado; te reto a que demuestre esa vulgar mentira. Nunca he trabajado en el palacio, y, te digo más, con todos esos poderes que tú me indilgas yo soy un simple empleado por Contrata en Edesur, devengando un salario de RD$18,000.00. Debiste investigar primero.