El Ministerio de Hacienda ha eliminado una cantidad indeterminada de sorteos de lotería que se efectuaban a casi todas las horas, pero autorizaron la celebración de seis series de rifa todos los días, mañana tarde y noche, lo que todavía constituye una exageración.
República Dominicana parece asumir el papel de la meca del juego de América Latina y el Caribe por la proliferación de casinos por todas partes, de bingo, de apuestas deportivas y de seis sorteos diarios de lotería por radio y televisión.
La Federación de Bancas de Lotería (Fenabanca) ha señalado que las 30 mil bancas de lotería que legalmente operan de punta a punta por todo el territorio nacional proporcionan el sustento a más de 200 mil personas, por lo que el juego de azar parece tener más importancia aquí que en Las Vegas, Nevada.
No parece aconsejable que en un país pobre con más del 40 por ciento de sus habitantes colocados por debajo de la línea de pobreza, operen seis sorteos de lotería de lunes a domingo, con ganancias para sus patrocinadores estimadas en miles de millones de pesos.
La mayoría de las familias pobres creen cerradas todas las puertas para superar su situación de miseria, con excepción del espejismo de vencer una proporción de millones de posibilidades en contra, y resultar agraciado con un premio millonario, un palé, tripleta o siquiera con la “colita”.
Apostar a un número o combinación de terminales no tendría significación si no se juega en todos o la mayoría de los sorteos que ofrecen ilusiones, mañana, tarde y noche, todos los días, incluido el de la fiesta de guardar.
República Dominicana parece asumir el papel de la meca del juego de América Latina y el Caribe por la proliferación de casinos por todas partes, de bingo, de apuestas deportivas y de seis sorteos diarios de lotería por radio y televisión.
La Federación de Bancas de Lotería (Fenabanca) ha señalado que las 30 mil bancas de lotería que legalmente operan de punta a punta por todo el territorio nacional proporcionan el sustento a más de 200 mil personas, por lo que el juego de azar parece tener más importancia aquí que en Las Vegas, Nevada.
No parece aconsejable que en un país pobre con más del 40 por ciento de sus habitantes colocados por debajo de la línea de pobreza, operen seis sorteos de lotería de lunes a domingo, con ganancias para sus patrocinadores estimadas en miles de millones de pesos.
La mayoría de las familias pobres creen cerradas todas las puertas para superar su situación de miseria, con excepción del espejismo de vencer una proporción de millones de posibilidades en contra, y resultar agraciado con un premio millonario, un palé, tripleta o siquiera con la “colita”.
Apostar a un número o combinación de terminales no tendría significación si no se juega en todos o la mayoría de los sorteos que ofrecen ilusiones, mañana, tarde y noche, todos los días, incluido el de la fiesta de guardar.
Hacienda justifica la eliminación de varios sorteos de lotería “porque era necesario la celebración y comercialización de cada uno, para lograr la mayor armonización de ese sector”, aunque el criterio que debió prevalecer es el de defender la integridad del presupuesto familiar.
Ante el escenario de locura que significa 48 sorteos de lotería a la semana, miles de lugares de apuestas a todos los eventos deportivos, la vigencia aquí de loterías de Estados Unidos y Europa y proliferación de casinos, lo menos que se suplica es moderación al otorgar permisos para operar esas minas de sueños.
