Por FELIX BETANCES
Para Ecos del Sur.
La chiKungunya o chicungunya, es el nombre con que el Sistema dominicano de Salud ha bautizado una afección que llega al país en forma repentina, sin que se sepa a ciencia cierta de donde pudo haber llegado, ni las circunstancias en cómo llegó.
El mal, se detecta en la comunidad de Haina al oeste de Santo Domingo, donde aparecen los primeros casos de esa rara enfermedad, llegando a afirmar algunos lugareños, que se trató de una sustancia desconocida que fue manejada en dicho puerto, lo cual fue desmentido por las autoridades, después de haber hecho un descenso en la zona.
La enfermedad de aspecto viral, ha sido nombrada por las autoridades, en atención a una enfermedad parecida y que apareció según algunos conocedores de la misma, en algunos lugares de África y otros pueblos asiáticos.
La prueba de fuego para nuestras autoridades de salud ha estado fundamentada en varios aspectos: En primer lugar, se desmintió la versión a la que habían hecho alusión los lugareños de Haina, pero no se ha demostrado a ciencia cierta, de qué forma aparece este terrible mal en el país, en segundo lugar, es una enfermedad tan desconocida por los médicos, que ninguno se aventura a indicar otra cosa que no sea el uso de un acetaminofén y líquidos, además de mucho reposo.
En tercer lugar, los propios médicos han resultado sorprendidos porque la enfermedad, produce efectos secundarios o posteriores a los que pudiera producir cualquier virus común, entre los cuales se inscriben fuertes y prolongadas inflamaciones artríticas y coyunturales, congestiones entre otras cosas que a decir de los mismos médicos, podrían estar afectando a los pacientes o afectados, durante meses y quizás años y hasta causar daños permanentes en otros a lo cual, ningún médico aunque hace pronósticos no científicos ya que no están sustentados en ningún estudio clínico, tampoco se aventura a indicar ningún medicamento a través de receta alguna.
Es decir, te pueden predecir pero no te pueden prevenir; no es esta una prueba de fuego para cualquier médico?.
En cuarto lugar, se ha afirmado que la forma de transmisión es a través de mosquitos, pero la rapidez con que el virus se ha propagado, parece indicar que además del mosquito, debe haber otra forma de contaminación o transmisión, sin necesidad de contradecir lo del mosquito ya que los insectos son transmisores por excelencia de virus y bacterias.
Por último, hay que resaltar que las autoridades dominicanas hablan de menos de 200 mil personas afectadas por este virus, pero deben salir al pueblo y hacer un censo o encuesta para que conozcan la realidad y no se hable de cosas que nadie las va a creer porque en términos reales, la cifra de afectados en este momento, tiene que oscilar en aproximadamente los 3 millones de personas en todo el país.
¿Y qué ha pasado con los programas de fumigación preventiva que no se han dejado sentir ni ver en la población, será que Salud Pública no cuenta con recursos para hacerlo?.
Solo han sido vistos los grandes operativos para eliminar criaderos, como si esto fuera suficiente.
Que se acaben de poner las pilas las autoridades y que hablen la verdad al pueblo, mientras tanto, los que hemos sido afectados, andamos cojeando y algunos cayendo. Ojo, autoridades de Salud.