POR VINICIO LOPEZ
Para ECOS DEL SUR
Félix Betances es un colaborador de Ecos del Sur al cual no he tenido la oportunidad de expresarle mi aprecio, respeto y consideración por lo acertado de sus comentarios y las buenas intenciones con que los hace.
Es la primera vez que comento sobre las opiniones expresadas por los diferentes ciudadanos que encontramos en Ecos del Sur una excelente oportunidad de contribuir con nuestras ideas a mejorar los valores, la salud y el desarrollo integral de nuestra región, del país y del mundo. La cobertura mundial de Ecos del Sur es certificada.
Es perfectamente comprensible su incredulidad sobre los factores que contribuyen a la difusión extraordinaria de esta epidemia de Chikungunya, tan incomprensible como lo expresa la población general y hasta algunos profesionales de la salud. Y es que en realidad no hay patrón totalmente definido en relación al inicio, duración y convalecencia en las manifestaciones clínicas de esta enfermedad.
Ante tal inquietud social me he tomado la molestia de entrevistar a mis familiares, amigos, compañeros de trabajo y compueblanos afectados. Algunos les iniciaron la enfermedad con la alergia, para la mayoría la alergia llega como despedida. Otros se les inician inflamando un solo brazo, a otros por las plantas de los pies y/o por los tobillos. A uno de mis hermanos por los hombros. A algunos les produce somnolencia y dificultad para mantener los ojos abiertos aunque no tengan sueño.
Todos sufren de cansancio extremo y se sienten sin fuerzas durante la convalecencia. Otros refieren que después de tres o cuatro semanas vuelven a padecer dolores e inflamación en las articulaciones. Un considerable grupo de afectados padecen náuseas y vómitos, todos tienen pérdida del apetito y diferentes grados de deshidratación. Algunos no son afectados por las fiebres y los escalofríos presentes en otro grupo mayoritario de personas. Algunas amigas y familiares de confianza me han expresado padecer inflamación externa de la vagina e incontinencia urinaria.
Científicamente está demostrado desde hace muchos años que el vector es el mosquito rayado que también produce el Dengue. Este mosquito es principalmente un mosquito que se produce en nuestros hogares y patios, y/o en hogares y patios de nuestros vecinos. Es el que nos pica cuando queremos dormir siesta, es el que está dentro de nuestros roperos y debajo de nuestras camas.
Es perfectamente comprensible su incredulidad sobre los factores que contribuyen a la difusión extraordinaria de esta epidemia de Chikungunya, tan incomprensible como lo expresa la población general y hasta algunos profesionales de la salud. Y es que en realidad no hay patrón totalmente definido en relación al inicio, duración y convalecencia en las manifestaciones clínicas de esta enfermedad.
Ante tal inquietud social me he tomado la molestia de entrevistar a mis familiares, amigos, compañeros de trabajo y compueblanos afectados. Algunos les iniciaron la enfermedad con la alergia, para la mayoría la alergia llega como despedida. Otros se les inician inflamando un solo brazo, a otros por las plantas de los pies y/o por los tobillos. A uno de mis hermanos por los hombros. A algunos les produce somnolencia y dificultad para mantener los ojos abiertos aunque no tengan sueño.
Todos sufren de cansancio extremo y se sienten sin fuerzas durante la convalecencia. Otros refieren que después de tres o cuatro semanas vuelven a padecer dolores e inflamación en las articulaciones. Un considerable grupo de afectados padecen náuseas y vómitos, todos tienen pérdida del apetito y diferentes grados de deshidratación. Algunos no son afectados por las fiebres y los escalofríos presentes en otro grupo mayoritario de personas. Algunas amigas y familiares de confianza me han expresado padecer inflamación externa de la vagina e incontinencia urinaria.
Científicamente está demostrado desde hace muchos años que el vector es el mosquito rayado que también produce el Dengue. Este mosquito es principalmente un mosquito que se produce en nuestros hogares y patios, y/o en hogares y patios de nuestros vecinos. Es el que nos pica cuando queremos dormir siesta, es el que está dentro de nuestros roperos y debajo de nuestras camas.
Es por ello que quiero aclarar a la población y a Félix Betances que la fumigación callejera tiene muy escaso resultado en la lucha contra enfermedad, lo verdaderamente efectivo es la eliminación de los criaderos en nuestros entornos y la fumigación intrahogareña para matar al mosquito adulto con cualquiera de los insecticidas comerciales disponibles en el mercado.
En buen sentido de la palabra la responsabilidad ciudadana es la clave fundamental en que tiene apoyarse la responsabilidad estatal y municipal para frenar esta epidemia.