POR DAVID RAMIREZ
Para ECOS DEL SUR.
Alguien dijo una vez que en el lego de la vida cuando las piezas que encajaste en tu niñez empiezan a desmoronarse debes recordar que con cada pieza también se desmorona un pedazo de tu vida. La razón es muy simple, nadie puede escapar de la muerte, ni pobre ni rico, por eso, desde el día que nace, con cada pieza que vaya encajando, construye tu propio destino, porque la vida es un instinto de desarrollo, de supervivencia, hasta el final de tus días, tal como decía el filósofo alemán Friedrich Nietzsche.
Recuerdo que entre cervezas y cervezas, un amigo me preguntó si los profesores de nuestra juventud en el liceo Federico Henriquez y Carvajal en la década de los ochenta, aún seguían con vida y le respondí que en verdad no lo sabía porque al no vivir en Barahona me resultaba muy difícil llevar ese registro y porque tampoco soy muy dado a la necrofilia.
Sólo me había enterado de la muerte del profesor Quezada, de Miledys nuestra profesora de cuarto de primaria, de Benjamín, de un profesor chiquito y discapacitado de matemática que andaba en una pasolita, entre otros.
¿Cómo podríamos enterarnos del fallecimiento de una persona que conocimos en nuestra infancia o juventud si nadie en Barahona se toma la molestia de visitar las funerarias y llevar un registro de los que fallecen durante cada mes y publicarlo en su blog?
Eso es un servicio comunitario muy apreciado por la diáspora, pero nadie lo toma en cuenta. Por eso me encantan los obituarios del periódico de San Francisco de Macorís "El Jaya".
Todos los meses, su director, visitas las funerarias o recibe email de los familiares de aquellos que fallecieron durante ese mes, acompañado con la foto y los teléfonos para recibir el pésame de amigos que residen en el exterior o familiares lejanos que aún no se han enterado de esa terrible pérdida.
Una llamada para consolar a una persona que acaba de sufrir la perdida de un familiar siempre será bien recibida. Esa llamada con un "te acompaño en tu sentimiento" salida desde el corazón de una persona, transmite alegría y esperanza para la persona que la recibe.
Por eso espero que los blogueros de Barahona tomen muy en cuenta esta sugerencia.
Para ECOS DEL SUR.
Alguien dijo una vez que en el lego de la vida cuando las piezas que encajaste en tu niñez empiezan a desmoronarse debes recordar que con cada pieza también se desmorona un pedazo de tu vida. La razón es muy simple, nadie puede escapar de la muerte, ni pobre ni rico, por eso, desde el día que nace, con cada pieza que vaya encajando, construye tu propio destino, porque la vida es un instinto de desarrollo, de supervivencia, hasta el final de tus días, tal como decía el filósofo alemán Friedrich Nietzsche.
Recuerdo que entre cervezas y cervezas, un amigo me preguntó si los profesores de nuestra juventud en el liceo Federico Henriquez y Carvajal en la década de los ochenta, aún seguían con vida y le respondí que en verdad no lo sabía porque al no vivir en Barahona me resultaba muy difícil llevar ese registro y porque tampoco soy muy dado a la necrofilia.
Sólo me había enterado de la muerte del profesor Quezada, de Miledys nuestra profesora de cuarto de primaria, de Benjamín, de un profesor chiquito y discapacitado de matemática que andaba en una pasolita, entre otros.
¿Cómo podríamos enterarnos del fallecimiento de una persona que conocimos en nuestra infancia o juventud si nadie en Barahona se toma la molestia de visitar las funerarias y llevar un registro de los que fallecen durante cada mes y publicarlo en su blog?
Eso es un servicio comunitario muy apreciado por la diáspora, pero nadie lo toma en cuenta. Por eso me encantan los obituarios del periódico de San Francisco de Macorís "El Jaya".
Todos los meses, su director, visitas las funerarias o recibe email de los familiares de aquellos que fallecieron durante ese mes, acompañado con la foto y los teléfonos para recibir el pésame de amigos que residen en el exterior o familiares lejanos que aún no se han enterado de esa terrible pérdida.
Una llamada para consolar a una persona que acaba de sufrir la perdida de un familiar siempre será bien recibida. Esa llamada con un "te acompaño en tu sentimiento" salida desde el corazón de una persona, transmite alegría y esperanza para la persona que la recibe.
Por eso espero que los blogueros de Barahona tomen muy en cuenta esta sugerencia.