POR JOSE CORNIEL
Artículo enviado a ECOS DEL SUR.
La población dominicana está desesperada y no es para menos. Una peste le ha caído encina y al parecer nadie saldrá ileso de la misma.
La Chikungunya, que la población ha bautizado con más de mil nombres, no discrimina. Ataca por igual a niños, niñas, hombres y mujeres o personas ancianas, afectándole principalmente las articulaciones de todo el cuerpo y, consecuentemente, dejándola casi inmóvil, además de las fuertes fiebres, dolores de cabeza, nausea, vómito y otras tantas molestias.
Esa situación es muy preocupante, pero más y verdaderamente preocupante, resulta que la población está desamparada, haciendo lo que crea, lo que le dicen y hasta lo que se imagina para enfrentar el mal que se avalancha sobre ella cada vez con mayor ímpetus.
Las autoridades de Salud Pública sólo se han vuelto hablar de prevención, que, dicho sea de paso, es totalmente correcto en una primera fase, pero esa acción ni ella misma la ha llevado a efecto, dejando a la población a merced de la terrible enfermedad.
Eso en lo relativo a la prevención, pero si hablamos de enfrentar el mal, ese ministerio ha hecho tan poco, que la gente no sabe qué hacer cuando comienza a sentir los primeros síntomas del virus y acude a lo que su imaginación le diga, o un vecino, sin ningún conocimiento médico, le indique, poniendo en peligro su vida, gracias a la desinformación e inacción de Salud Pública.
El virus penetra al cuerpo humano, comienzan a sentirse los síntomas e inmediatamente los efectos y posteriormente, tres o cuatro días después, las secuelas, que van desde alergia, diarrea, mareos, puyones y/o hincones en todo el cuerpo, ante lo que la población tampoco sabe qué hacer porque nadie le ha dicho nada, recurriendo a consumir cualquier medicamente que le parezca puede ayudarle a mitigar el mal, sin previa indicación médica.
Ante el avance indetenible de la Chikungunya, el Ministerio de Salud Pública ha soltado a la población en banda, en una clara alusión de que no tiene una respuesta certera ante la epidemia, que ya han comenzado a catalogarla como la enfermedad del siglo.
De alguna manera esto quiere decir, que el sistema de salud pública dominicana acaba de colapsar ante la presencia en el país de la Chikungunya, y los dominicanos y dominicanas estamos totalmente desamparados y desamparadas. Que Dios nos agarre confesados.
