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miércoles, 2 de julio de 2014

OPINION: La revolución educativa

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POR ABRAHAN MENDEZ VARGAS
Para ECOS DEL SUR.

Cuando yo vivía en Barahona, a la hora del descanso, que coincidía con la hora del almuerzo, sucedió algo extraño. Un amigo tocó la puerta de en frente. Me trajo dos cajas de libros viejos, de la Era de Trujillo. Alguien había dispuesto en la Gobernación que la Colección Trujillo, que se había conservado durante más de cuarenta años en aquella ciudad sureña amante de las letras y de la cultura en general, fuera tirada a la calle, y los grandes estantes de caoba antigua fueron tirados en los pacillos que daban al traspatio.

Le dì las gracias. Hoy puedo decir que en los tomos 5 y 6 de la Colección Trujillo fueron consagrados a la Obra Educativa de Trujillo, y allí uno se da cuenta que, como en la actualidad, se hizo una gran inversión en construcción de escuela, en cursos para maestro y, sobre todo, se invirtió en un gran programa de alfabetización, tal como acontece hoy en día. ¿Se podría decir por ello que Trujillo hizo una REVOLUCIÒN EDUCATIVA? No. ¿Por qué? Porque el resultado de la educación trujillista fue crear un individuo, hombres y mujeres, sumisos al grupo social gobernante o dominante.

Desde luego, si el presidente DANILO MEDINA quiere realizar una REVOLUCIÒN EDUCATIVA, debe ir más allá, y concomitantemente, del programa de construcción de aulas. No cabe duda que no puede ser un buen maestro, un buen pedagogo, quien no conoce la condición humana, quien no es un buen psicólogo. 

No puede haber una REVOLUCIÒN EDUCATIVA con un Ministerio de Educación en manos de un político, sino que debe estar en manos de un gran pedagogo, o de un gran psicólogo, especializado en ambas áreas. Hay que procurar crear un individuo, hombres y mujeres, libres, en cooperación desde la educación inicial, como entidades autónomas y que se auto gobiernen.

Hay que crear generaciones basadas en respeto al maestro, a los padres, a las madres, para que ello resulte bien para todos.

Desde el poder deben darse muestra de respeto a las normas, a la Constitución y las leyes.

Se puede invertir más el cuatro por ciento en educación y no se realizará una REVOLUCIÒN EDUCATIVA, mientras no se procure tal REVOLUCIÒN EDUCATIVA, no para mantener esclavizado a hombres y mujeres que nacen libres, sino para construir una VERDADERA REPÙBLICA DE LAS LEYES, no de hombres sumisos. AMÈN.